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BOLETIN IEEE 5

790 La aspiración de cierta unidad continental apenas ha echado raíces en Norteamérica, a diferencia del paneuropeísmo en el Viejo Continente o incluso del panamericanismo de Centroamérica y de Suramérica. Por razones históricas, culturales y, sin duda, geopolíticas los tres países que conforman el subcontinente septentrional americano no han desarrollado propiamente un concepto de comunidad regional. La firma en 1992 del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que entró en vigor el 1 de enero de 1994, vino a crear un ambicioso marco común. Si bien prácticamente restringido a la interacción comercial, el acuerdo abría la puerta a una mayor integración entre Estados Unidos, México y Canadá. El incremento de los intercambios, sin embargo, no ha dado paso a la formalización de instancias para la resolución conjunta de problemas compartidos; además, la falta de consolidación de los avances logrados puede permitir cierta regresión en la convergencia tripartita. Este trabajo examina la evolución del proceso norteamericano de integración en las últimas dos décadas y se interroga sobre el futuro desarrollo de las relaciones entre Estados Unidos, México y Canadá a partir de las realidades geopolíticas del subcontinente mismo y de cada uno de los tres países que lo forman. Esas realidades son hoy más patentes en la medida en que la apelación directa al interés estrictamente nacional, auspiciada por la Administración Trump y por otros actores en auge en el mundo, obliga a revisar el idealismo que ha alimentado muchas de las construcciones supraestatales edificadas en diferentes regiones del planeta. El desarrollo del TLCAN Dos etapas de la integración: implementación y estancamiento Las relaciones de Canadá y de México con Estados Unidos han sido fáciles históricamente, dada la condición de hegemón de su principal vecino. Las medidas proteccionistas adoptadas en el pasado por mexicanos y canadienses para evitar la inundación de sus mercados con productos estadounidenses comenzaron a revisarse en la década de 1980. En esos años México y Canadá abrieron sus economías y buscaron acuerdos de libre comercio con Estados Unidos. Ottawa y Washington firmaron un acuerdo bilateral en 1988, que luego serviría de base para la incorporación de México al tratado a tres bandas del TLCAN. Este comenzó a negociarse bajo la presidencia de George H. W. Bush y se completó ya con Bill Clinton en la Casa Blanca. bie3 >ĂƌĞŐƌĞƐŝſŶĚĞůĂŝŶƚĞŐƌĂĐŝſŶĞŶŵĠƌŝĐĂĚĞůEŽƌƚĞƌĞĂǀŝǀĂůĂƐƚĞŶĚĞŶĐŝĂƐ ŐĞŽƉŽůşƚŝĐĂƐƌĞŐŝŽŶĂůĞƐ ŵŝůŝ:͘ůĂƐĐŽ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϮϰͬϮϬϭϳ ϯ


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