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792 Canadá y México en diferentes ámbitos, como el de la seguridad, pero más en el plano bilateral que en trilateral. Desde 2012, las cumbres de los tres presidentes, que comenzaron siendo anuales, se han venido celebrando cada dos años. Además, muchas de las instituciones creadas en la arquitectura del TLCAN han estado funcionando a bajo nivel. Es el emblemático caso del Banco de Desarrollo de América del Norte, en el que no participa Canadá. Las dificultades para una mayor convergencia obedecen en parte a los problemas de identidad con que cada uno de los tres países afronta la idea de Norteamérica. Es lo que Pastor llama el puzle de canadienses, estadounidenses y mexicanos3. Así, Canadá se enfrenta a la incongruencia de ser un país que con justicia se ha ganado fama mundial de multilateralista, pero que en el plano regional prefiere la bilateralidad con Estados Unidos. De hecho, cuando desde Canadá se habla de Norteamérica muchas veces se está haciendo referencia solo al territorio al norte de Río Grande/Bravo. Si Canadá prefiere tratar directamente con Estados Unidos, relegando a México a una órbita exterior, Estados Unidos se ve a sí mismo sin par y marca distancia con los dos vecinos, cayendo en la inconsistencia de ser una nación de inmigrantes y al mismo tiempo tener cierto carácter insular en muchos aspectos. Por su lado, México aqueja la ambivalencia de buscar una integración que le ayude a unirse al club de los países más avanzados y simultáneamente temer quedar subyugado por el poder económico estadounidense. El compromiso de un verdadero paso hacia adelante debiera conducir, según propone Pastor, a una mayor integración regional, elevando el TLCAN a Comunidad de América del Norte. No una Unión Norteamericana, a imagen de la Unión Europea, con un mercado común en el que haya libre circulación de trabajadores, pero sí una unión aduanera, con tarifas comunes para terceros países. El autor sugiere que, a la espera de que eso pueda llegar un día, Washington haría bien en crear mecanismos de alto nivel para abordar asuntos de la región, como nombrar un coordinador especial del presidente estadounidense para los asuntos de América del Norte o crear un comité interparlamentario sobre el subcontinente en el Congreso4. En Estados Unidos no han faltado otros defensores de la potencialidad conjunta de los tres estados norteamericanos, entre los que se encuentra el general David Petraeus. En su labor académica y de conferenciante, el general estadounidense ha destacado las 3 Ibíd., pp. 152-154. 4 Ibíd., pp. 148 y 160. bie3 >ĂƌĞŐƌĞƐŝſŶĚĞůĂŝŶƚĞŐƌĂĐŝſŶĞŶŵĠƌŝĐĂĚĞůEŽƌƚĞƌĞĂǀŝǀĂůĂƐƚĞŶĚĞŶĐŝĂƐ ŐĞŽƉŽůşƚŝĐĂƐƌĞŐŝŽŶĂůĞƐ ŵŝůŝ:͘ůĂƐĐŽ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϮϰͬϮϬϭϳ ϱ


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