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872 agrupamientos tácticos con un cierto carácter de «amalgama táctica», han empleado personal y capacidades, con un «ligero baño», para atender a esos esfuerzos puntuales extras requeridos en determinadas ocasiones. Y si bien, como se señala por ser un hecho contrastado, merced al esfuerzo y la motivación de sus efectivos se consigue un resultado razonable, no es ni puede ser la pauta habitual ni deseable. No resulta serio ni razonable, pues no es una adaptación, realmente es… «un apaño». Y una solución de compromiso no puede ser una pauta habitual, pues entonces estaríamos hablando de la primacía de los «talibanes» de una u otra modalidad de poder. Y aunque se pueda pretextar, como argumento justificativo, que ciertas naciones o en ciertos momentos o en determinadas circunstancias se han tomado determinaciones de este tipo, cada nación, cada momento y cada circunstancia probablemente haya formulado, sobre la base de su realidad, historia, capacidades, necesidades, etc., un estudio de factores que le haya conducido a que la opción «menos mala» —que no buena— sea esa. Y frente a cualquier ejemplo que quiera utilizarse de manera sesgada, existen antiejemplos sobrados para anular ese planteamiento. Las Fuerzas Armadas españolas se han visto sujetas a un proceso de reducción, tanto debido a la profesionalización como al ajuste de presupuestos. Esa reducción de unidades, unidades en muchos casos con historiales de siglos, con participación en hechos y eventos claves para entender la propia historia de nuestro país, obviamente ha generado sentimientos de íntimo pesar, pues las pugnas entre la cabeza y el corazón, entre razón y sentimientos, suelen tener ese efecto secundario…, cuando gana la lógica. El proceso de cambio, que es constante —aunque las esencias permanezcan, la superestructuras deben adaptarse—, puede implicar e implicará nuevas modificaciones y reestructuraciones. Y, obviamente, el corazón tenderá a emplear argumentos de pasión, mostrando, quizás, especificidades que, en la actualidad, no son más que meros procedimientos fácilmente adquiribles por cualquier unidad, señalando la primacía absoluta (¿cómo los ideólogos geopolíticos?) de un entorno —tierra, mar o aire— sobre el resto o la capacidad de adaptación de «mi» unidad para transformarse en otra cosa distinta…, y que de esta manera sea una de las unidades ¡del modelo a copiar! cuya bandera sea la que pase al museo... esta opción no parece lógica. Ni, siquiera, proponerla. bie3 >ĂůƵĐŚĂƉŽƌĞůƉůĂŶĞƚĂLJĞůĨƵƚƵƌŽĚĞůĂƐ&^ĞƐƉĂŹŽůĂƐ WĞĚƌŽ^ĄŶĐŚĞnj,ĞƌƌĄĞnj ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϮϴͬϮϬϭϳ ϭϳ


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