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REVISTA ESPAÑOLA DE DEFENSA 341

análisis internacional El cuarto día (8 de junio) estuvo marcado por el ataque israelí al carguero norteamericano Liberty. Después de varias investigaciones, la conclusión fue que el ataque se produjo por un error, aunque este error le costó la vida a 34 personas. La actividad bélica fue casi nula y lo más destacable en los diferentes frentes fue la tregua ofrecida por Israel que si bien resultó asumible para El Cairo, no fue aceptada por Damasco. De nuevo, las diferencias entre Siria y Egipto marcaban el futuro de la coalición árabe y concedían ventaja a Tel Aviv. El quinto día (9 de junio) dio lugar al inicio de la ofensiva israelí sobre Siria. Damasco, alentado por unos falsos informes procedentes de Egipto en los que se hablaba de una derrota israelí, se lanzó a una campaña total contra Israel. Tel Aviv, una vez había terminado su actividad en los otros frentes, centró toda su fuerza bélica en la derrota de Siria. La fuerza aérea siria fue aniquilada en el aire lo que provocó que Damasco centrara su ofensiva en la caballería. Los carros de combate sirios —de fabricación soviética—, eran muy grandes y no podían pasar los puentes del Jordán, lo que les convirtió en un objetivo fácil para las fuerzas israelíes. El Tzahal pasó al ataque y al anochecer del quinto día ya superaban con facilidad las defensas sirias, que fueron abandonadas por un ejército poco formado que huía ante el avance de los soldados judíos. En el sexto y último día (10 de junio) se logró la conquista de los Altos del Golán. Los hombres de Elad Peled, que habían participado Miembros de la milicia palestina de Hamás en 2010, su época más violenta en el enfrentamiento con Israel. en los combates en Cisjordania, asumieron la escalada al Golán. La sorpresa fue encontrar que las posiciones sirias estaban abandonadas: Israel conquistó toda la zona, incluyendo la ciudad de Quneitra que se convirtió en el símbolo de la derrota siria. El camino hacia Damasco, una llanura con suave pendiente en descenso, estaba despejado para las fuerzas israelíes. Sin embargo, el Consejo de Seguridad presionó a Tel Aviv para que parase su avance y fijara su posición en lo que se conoció como La Línea Roja. CONSECUENCIAS Después de los seis días de la fulminante guerra entre Israel y sus vecinos árabes, Tel Aviv se convirtió en un actor con una importante ventaja estratégica y militar en el conflicto de Oriente Próximo. Los territorios conquistados a Siria, Jordania y Egipto eliminaron definitivamente la opción de la invasión árabe, pero introdujeron la semilla de la violencia en su propio territorio. Este hecho condenó a las futuras generaciones de israelíes a vivir en un permanente estado de guerra. Otra de las consecuencias fue la revitalización e internacionalización de la Causa Palestina. La ocupación israelí de Gaza y Cisjordania unió a muchos palestinos que hasta entonces habían estado separados por haber caído bajo soberanía egipcia o jordana. Desde entonces, la resistencia fue tomando forma y cristalizó en dos Intifadas, la primera de la cuales estalló en la Franja de Gaza y, posteriormente, se extendió a Cisjordania. Este territorio que fue anexionado formalmente por Israel en 1980, se encuentra en un limbo jurídico internacional propiciado por la derrota de Jordania en la Guerra de los Seis días y la renuncia a sus derechos en 1988. Tras los acuerdos de Oslo, Cisjordania quedó dividida en tres tipos de zona: A, B y C cuyo control (civil y militar) se reparten la Autoridad Nacional Palestina e Israel. En los territorios situados en la zona C, es donde se encuentran los polémicos asentamientos judíos que según estimaciones habitan unos 450.000 colonos hebreos. En buena medida la Guerra de los Seis Días puso en evidencia no solo la unión de los estados árabes sino su capacidad para gestionar la Causa Palestina. Este proceso de desencanto gradual de los palestinos con sus «Hermanos Mayores» árabes ha supuesto una sustitución de los regímenes panarabistas republicanos por otros modelos procedentes del Golfo Pérsico y de naturaleza más conservadora. La entrada de las monarquías del Golfo en Palestina no solo la radicalizó, sino que también la islamizó. En los últimos diez años hemos asistido a una lucha entre Qatar y Arabia Saudí por liderar la Causa Palestina y, de hecho, éste es uno de los principales escollos presentes hoy en la conflictiva relación entre Doha y Riad. La Franja de Gaza, de la que Israel se retiró en 2005, está bajo el control de Hamás quien cuenta con el apoyo de Qatar por su vinculación a los Hermanos Musulmanes. En definitiva, la Guerra de los Seis Días supuso una brillante victoria militar israelí que demostró tener un ejército mejor Ali Ali/EFE preparado, pero alejó a su pueblo de una paz definitiva con sus vecinos. Solo los Acuerdos de Camp David y los Madrid- Oslo lograron devolver algo de normalidad a una relación aún sangrante y que comenzó a torcerse en la madrugada del 5 de junio de 1967 cuando de forma preventiva la Tzahal lanzó un ataque sorpresa sobre Egipto, ataque con el que ganó una guerra pero no le garantizó la paz. Alberto Priego Moreno Universidad Pontificia de Comillas Julio/Agosto 2017 Revista Española de Defensa 53


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