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BIP 67 verdadero precursor de la actual Arma Aérea y oficial de sobrado talento y capacidad de trabajo. La primera decisión que tomó el capitán de corbeta Cardona fue establecer provisionalmente la Escuela de Aviación Naval en Barcelona, en los terrenos del entonces denominado Campo de la Volatería y que hoy ocupa el aeropuerto de El Prat, ya que la construcción de la Escuela en su ubicación prevista junto al Mar Menor, en lo que hoy es la Base Aérea de San Javier, se retrasó mucho debido a distintas dificultades administrativas. Además, se empezaron a desarrollar los aeródromos y bases de aerostación en Mahón (Menorca), Marín (Pontevedra) y Mar Chica (Melilla). En 1920 se creaba en el Estado Mayor Central de la Armada, el Negociado de Aviación Naval para impulsar el desarrollo de esta nueva capacidad, y con escasos créditos iniciales el capitán de corbeta Cardona se dispuso a la adquisición del material necesario. Después de una frenética actividad y de contratar a varios instructores extranjeros, a principios de 1921 comenzaba el primer curso de la especialidad de piloto naval. Además, y ante la necesidad de dar adecuada respuesta militar a los desgraciados sucesos que han pasado a la historia con el nombre del desastre de Annual, se aceleraba la preparación de la Armada y de la Aeronáutica Naval, mediante la adquisición de un buque que permitiera desplegar y dar apoyo logístico a los hidroaviones. Así, a finales de 1921 el Ministerio de Marina recibía un vapor alemán entregado al Gobierno español (que lo bautizó España n.º 6) como indemnización de guerra, por las pérdidas sufridas por nuestra marina mercante durante la Gran Guerra, se le renombró Dédalo y, tras profundas modificaciones, quedó operativo en mayo de 1922. Cabe señalar que el Dédalo, además de ser el primer portaeronaves de la Armada, fue el primer buque de aquella época capaz de operar simultáneamente aparatos pertenecientes a las especialidades de aviación y aerostación, ya que podía emplear dirigibles semirrígidos, globos cautivos y hasta 20 hidroaviones del tipo Macchi M-18. En solo cinco años, y a pesar de los enormes retos tecnológicos, financieros y operativos, la Armada española fue capaz de desarrollar una capacidad aeronaval propia, sin duda modesta, pero que permitía el despliegue y operación de hidroaviones, lo que demuestra su liderazgo y su visión. Las primeras acciones de combate Las primeras acciones de combate de la Aeronáutica Naval ocurrieron en personal de la Aeronáutica Naval de guardia en las instalaciones de el prat. el primer portaeronaves de la Armada Dédalo. en la Armada


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