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RHM EXTRA 1 2017

198 FRANCISCO JOSÉ CORPAS ROJO No es de extrañar pues que, de los 83 otrosíes que consta la ordenanza, más de la mitad (48) se refieran a la administración económica de las Guardas y, por extensión, a cualquier otra fuerza militar que se forme. Además, se introduce como trámite previo el despacho de la documentación, en este caso económica, de los asuntos militares al Consejo de Guerra, como órgano colegiado de asesoramiento. Por otra parte la ordenanza mantiene el doble control económico establecido en las de 1503, entre la Contaduría Mayor de Hacienda y las propias capitanías de las Guardas, manteniéndose el alarde como acto administrativo fundamental origen de derechos (devengos) y obligaciones (pago de salarios). Por lo que respecta a la Contaduría Mayor de Hacienda, las cuentas de los sueldos de las tropas se siguen llevando en el Oficio del Sueldo, con los clásicos dobles juegos de libros de pliegos horadados. Se mantiene la diferenciación entre libro de hombres de armas y libro de jinetes y otras tropas, según el tipo de capitanía, no obstante ahora los cargos de las Guardas se mantienen con asiento nominativo en virtud de la cédula real expedida al efecto, en tanto que las tropas se asientan colectivamente por cada capitanía. Se añaden nuevos el libro de las libranzas de las capitanías que complementa al anterior libro de pagadores, que ahora cambia su denominación a libro de cuentas del pagador y de las capitanías, así como el libro de los alardes. En el libro de las libranzas de las capitanías, se asientan individualmente los capitanes de las capitanías, veedor general, alcaldes y otros oficiales, con el importe del salario asignado por el rey; junto a cada capitán se asientan numéricamente las lanzas autorizadas para cada capitanía, sea de hombres de armas o de jinetes u otras tropas; los asientos han de estar precedidos por una copia de la propia ordenanza. En el libro de los alardes se recogen los individuos realmente presentes en estos actos, por lo tanto se pone de manifiesto la realidad de la fuerza disponible, sirviendo los datos que arrojan al doble efecto de confección de nóminas y libranzas, en la Contaduría, y de información sobre efectivos disponibles, en el Consejo de Guerra. En estos libros se controlan incluso las ausencias temporales de las unidades, al establecerse que en los mismos se han de asentar las licencias concedidas por el rey. En el libro de cuentas del pagador y de las capitanías se asientan tanto la cuenta del Pagador, como las de cada una de las treinta y cinco capitanías existentes en la época. Por lo que respecta a la cuenta del pagador, llevada por el sistema de cargo y data, se le hace cargo de las libranzas para pago de las tropas y se le data por el importe de las nóminas pagadas. Ambos documentos, nóminas y libranzas, han de ser devueltos por el pagador a la Contaduría Mayor de Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2017, pp. 198-240. ISSN: 0482-5748


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