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EVOLUCIÓN DE LA ORGANIZACIÓN ECONÓMICA MILITAR DE LOS AUSTRIAS 217 tratadistas, como en la literatura, como en las ordenanzas que intentan corregir la situación; ello no obsta para que los soldados se cubran de gloria Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2017, pp. 217-240. ISSN: 0482-5748 en los combates. Así, para Martínez Campos, la ordenanza de Toledo de 1560 tiene su origen en la preocupación del rey en que “… se pasaran bien las listas de presente, que las admisiones de soldados se efectuaran en forma legal, que se retirara de las filas a todos los inútiles, y que las compañías tuvieran trescientos soldados y los tercios mil.”. Sin embargo, para este mismo autor, “Pero el motín (por falta de pagas), …, no desmoralizaba a los soldados. A la salida, se reintegraban a sus viejas unidades con pasmosa sangre fría; y, al otro día, si preciso, morían en la batalla muy valientemente, en aras de una espléndida victoria. Móviles fundamentales: el botín probable, el espíritu de cuerpo, la dignidad profesional y, en algunas ocasiones, el interés de España.40 Por su parte el Conde de Clonard, refiriéndose al ejército de Italia objeto de dicha ordenanza, dice: “Se habían introducido en él algunos abusos que lastimaban los intereses públicos, y contribuían a relajar los lazos de la disciplina. No presidía el debido acierto en la concesión de patentes de jefes y oficiales; los capitanes, cuyo número era excesivo, tendían a usurpar el título de coroneles, y los maestres de campo no siempre obraban con mucho escrúpulo en la admisión de los soldados, y en las revistas que se efectuaban periódicamente para acreditar los respectivos haberes.” El propio Duque de Alba, nombrado para el mando de dicho ejército de Italia con el que poco después marcha sobre Flandes, escribe al rey el 19 de noviembre de 1572 una carta en la que dice: “Yo me quedo sin un real y sin haber pagado ni socorrido a la infantería española. A los soldados se les deben veinte meses; y por cierto que me espanto de cómo pueden sufrirlo.” En el terreno de la literatura del Siglo de Oro, Lope de Vega escribe sobre la milicia que conoció en el teatro de la guerra del Atlántico, Quevedo en el de Italia aunque no como combatiente, Cervantes en el del Mediterráneo, Calderón de la Barca en el de Flandes. En el Quijote se recoge este problema, al referirse al soldado de infantería de los tercios de Flandes, “No hay ninguno más pobre en la misma pobreza, porque está atenido a la miseria de su paga, que viene tarde o nunca …; y a veces suele ser su desnudez tanta, que un coleto acuchillado le sirve de gala y de camisa. En la mitad del invierno se suele reparar de la inclemen- 40  Martínez de Campos, Carlos: España bélica. Ed. Aguilar, Madrid 1966 (5 tomos), t. 2, pág. 100.


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