Las tradiciones en la AGM Angel Aparicio Cámara Coronel de Infantería en la reserva Antiguo profesor de la AGM El ilustre militar, político y genial escritor, general Luis Bermúdez de Castro, en un artículo precisamente dedicado a la Academia General Militar, defi nía la Tradición como “el elemento invisible e inconmensurable…. que irradia una fuerza irresistible, arrolladora, al mismo tiempo que infunde una fortaleza a prueba de todas las fatigas, de todos los infortunios y desgracias; es la solera de los Cuerpos militares y de los pueblos por el infl ujo que ejerce”1. A lo largo de su Historia, la Academia General Militar ha ido conformando un acervo de valores, usos y costumbres que han contribuido y participan sin duda en consolidar y transmitir en el tiempo el llamado Espíritu de La General. Algunas de esas tradiciones son sólo ya un recuerdo en algunas memorias y las hemerotecas, como la celebración del Dos de Mayo, tras la cual los alumnos partían a las anuales maniobras en el campamento de María Cristina; o la vaca al toque de Diana, café con leche servido en los dormitorios al comenzar el día. Otras han logrado llegar hasta nuestros días, y algunas se han ido incorporando y consolidando con fuerza irresistible. La lista de las descritas en este artículo podría hacerse sin duda más extensa. En cualquier caso, en este capítulo se ha pretendido refl ejar las más representativas. La denominación de Caballero Cadete El general José Almirante señala en su Diccionario Militar el origen del término en la llegada de la dinastía borbónica a España, cuando “al volvernos franceses en 1700, nos faltó tiempo para adoptar el cadet”, término empleado en el país vecino para designar a los jóvenes de fami¬lia noble que, formados en los Cuerpos o Academias militares, seguían la carrera de las Armas y eran promovidos directamente a la categoría de ofi cial. Armas y Cuerpos Nº 135 39
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