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Nacional Felipe Pulido / Madrid Iván Jiménez (DECET) abe la posibilidad de que, por diferentes causas, un enfrentamiento termine causando bajas que requieran C de auxilio. Sin embargo, a la hora de prestar asistencia a un herido en zona de operaciones es fundamental garantizar, en primer lugar, la seguridad. En el caso de encontrarse en una situación en la que no existe amenaza real o no hay fuego enemigo, el personal sanitario seguirá los procedimientos estándar de atención a heridos politraumatizados. Pero, ¿qué ocurre si hay una amenaza o riesgo de fuego? En ese caso la situación se complica. El principal objetivo será suprimir, cuanto antes, la amenaza y poner al herido a cubierto. El contexto táctico de la situación obliga a adoptar un comportamiento donde prime la seguridad de la víctima y el rescatador. En los escenarios de combate hay muchos factores que influyen en la atención al herido, como el fuego hostil, la oscuridad, los recursos limitados, los tiempos prolongados de evacuación, rasgos específicos del transporte, decisiones y órdenes tácticas que afectan a la asistencia, entornos extremos y el nivel de experiencia del que auxilia. El Tactical Combat Casualty Care (TCCC), que sería la atención a las bajas tácticas en el combate, se ocupa específicamente de esos primeros cuidados que se dan y sus recomendaciones se aplican únicamente a los escenarios tácticos pre-hospitalarios. El personal militar entrenado en el TCCC está concebido para el campo de batalla. Las directrices TCCC tienen sus raíces en un estudio de Butler y Hagmann, publicado en Military Medicine en 1996 y se revi- 37


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