Comandante Valentín Benéitez, jefe de la XXXI Campaña Antártica «Una experiencia única, vital y muy intensa» Los casi tres meses que ha pasado en uno de los entornos más duros del Planeta, al frente de la base antártica española Gabriel de Castilla, han sido, para el comandante Valentín Benéitez, «un sueño hecho realidad». A pesar de los días nublados soportando fuertes tormentas de nieve y vientos por encima de los 50 nudos, a pesar de los 31.000 kilómetros que le separaban de su familia, no duda en afirmar que repetiría esta experiencia «única, vital, muy intensa y, sobre todo, muy satisfactoria». —¿Cómo se ha desarrollado la XXXI Campaña Antártica? —Afortunadamente, ha salido todo muy bien. Pero, hasta que no entreguemos el relevo a los responsables de la siguiente campaña, no finalizará nuestra misión. Puedo decir que se han cumplido todos los objetivos previstos y estamos muy satisfechos de la enorme difusión que ha tenido nuestro trabajo, mucha más de la que esperábamos. —¿Qué novedades ha tenido respecto a la anterior? —Hemos utilizado drones por primera vez que, además de ser muy útiles para reconocer la zona y reforzar la seguridad, se los hemos prestado a los científicos. Pero no es la única novedad. Este año hemos llevado a cabo un proyecto benéfico de ayuda a la lucha contra el cáncer que iba asociado al apadrinamiento de pingüinos, ha habido una presencia muy importante en la base de personal extranjero, tanto científicos como periodistas, y en el equipo militar había una mujer, una oficial de medioambiente. —¿Con qué medios han contado? —En cuanto al material, lo más importante, cuando vas a la Antártida, es tener repuestos suficientes. Allí no podemos ir a la ferretería de al lado a comprar lo que nos haga falta. La clave está en hacer una buena fase de adquisición de repuestos y herramientas que vayamos a necesitar. Al margen de eso, disponíamos de distintos vehículos de los que dos son fundamentales: las carretillas elevadoras telescópicas, que nos sirven para sacar las embarcaciones del agua y mover mucha carga, y las embarcaciones zodiac, para hacer los desplazamientos por la isla acompañando a los científicos y hacer los barqueos de suministros con el Hespérides. —¿Cómo ha respondido el personal? —Bien, muy bien. La dotación militar —yo hice una selección entre los mejores de España— era muy profesional y muy trabajadora. La respuesta ha sido increíble porque, además de trabajar duro, lo hacía siempre con una sonrisa y de buen humor. ¿Qué más se puede pedir? Y los científicos… el 99 por 100 eran personas excepcionales, muy colaboradoras con nosotros. —Destacaba antes que esta campaña ha tenido una gran difusión… —Sí. Hemos entrado en directo en cadenas de radio de ámbito nacional y local. ¡Y hemos llegado a los 11.000 seguidores en twitter! Estamos muy contentos. Además, hemos realizado 115 videoconferencias con colegios, institutos, universidades, embajadas… La última, con el Hospital Quirón de Pozuelo en relación a la campaña contra el cáncer. Eso nos ha exigido ponernos en marcha por la mañana desde muy primera hora, sobre todo, los del área de telecomunicaciones. Pero ha sido una maravilla, nos encantan estas actividades y, además, los científicos nos acompañaban muchas veces. —¿Qué despertaba más interés? —Los pingüinos. A los niños les llaman mucho la atención estos animales y preguntaban por ellos. También se interesaban por el cambio climático, que cómo lo veíamos, que cuál era nuestra opinión… —¿Qué respuesta ha tenido la campaña Apadrina un Pingüino? —Ha sido espectacular. ¡La hemos cerrado con 250.000 apadrinamientos! Ni en nuestros mejores sueños lo podíamos esperar porque en la campaña anterior se apadrinaron 15.000 y ya fue todo un éxito. Además, este año, hemos conseguido 11.000 euros para la lucha contra el cáncer. —¿Cuáles han sido los momentos más duros vividos en isla Decepción? —El día más duro fue la noche del 2 de marzo, cuando nos enteramos de que cerca de aquí, a 4,5 millas de la isla, teníamos un compañero que había caído al agua y no le encontraban. Era el capitán de fragata Montojo. Fue un día angustioso y el desenlace fatal, también. —¿Y los mejores? —Cuando llegamos a la isla. Se tarda mucho en llegar y cuando por fin lo haces te dan ganas de besar el suelo. Otro momento espectacular es cuando ves que funciona todo, que tenemos agua caliente, luz, calefacción… También, cuando hemos visitado algunos de los lugares increíbles que tiene la isla como son las pingüineras o el Monte Pond, la cumbre de la isla. Y, por supuesto, las relaciones personales que se hacen allí, que son muy intensas, entre científicos y militares. 38 Revista Española de Defensa Abril 2018
REVISTA ESPAÑOLA DEFENSA 349
To see the actual publication please follow the link above