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115 Josep Baqués Quesada Las lecciones fundamentales de la obra de Mahan: del… críticas a la salida caribeña. Por razones similares, la península ibérica era una pesadilla para Francia (dificultando la conexión de sus flotas atlántica y mediterránea) mientras que el control británico del istmo de Gibraltar suponía una rémora para nosotros. Claro que Mahan no se conforma con hacer las anotaciones indicadas en términos de la ubicación en el mapa de los Estados aspirantes a potencias. También es relevante la orografía. El análisis de Mahan baja a un nivel de mayor detalle. Porque no es lo mismo disponer de buenos abrigos naturales, o de buenos estuarios, que no hacerlo. Lo primero contribuye al establecimiento de esas «bases permanentes», su ausencia diluye las expectativas señaladas en los párrafos precedentes. Sin embargo, no es esa la principal lección que se deduce de sus textos. Mahan es un autor dialéctico y enseguida da muestras de ello. Por ejemplo, disponer de ciuda-des importantes en la desembocadura de ríos navegables, con puertos bien dotados, constituye una enorme ventaja desde el punto de vista geoestratégico. Casos como los de Londres, Lisboa o Nueva York (en el Támesis, en el Tajo21 y en el Hudson, respec-tivamente) son emblemáticos. Uno tampoco puede dejar de pensar con añoranza en la época dorada de nuestra Sevilla, en el Guadalquivir. Ahora bien, nos advierte que donde se halla el punto más fuerte de una potencia se encuentra también su punto más débil, porque será objeto de seducción para el adversario. Un mensaje aprovechable en las demás dimensiones de la guerra, aunque él se refiera a ejemplos propios de la naval. Como botón de muestra, la incursión de la Armada holandesa en el Támesis, en 1667, que se prolongó durante dos semanas, causando un desaguisado a modo de ad-vertencia para los británicos. Por lo tanto, Mahan invita a los planificadores militares a blindar esas ventajas, para evitar que se conviertan en inconvenientes. La moraleja de Mahan es elocuente: debemos asumir que donde esté nuestra mayor ventaja estará también nuestra mayor vulnerabilidad22. En esta línea, Mahan alude a las tareas que le quedan por hacer a Estados Unidos para estar en condiciones de convertirse en un auténtico poder global. La geografía es favorable, pero ya insinúa que no lo es todo. De ahí su lamento, en agosto de 1890, al afirmar que «Estados Unidos está deplorablemente desprevenido, no solo de hecho sino en su propósito, para hacer valer en el Caribe y Centroamérica el peso de una influencia proporcionada al alcance de sus intereses»23, así como al ratificar, en fecha posterior (julio de 1894), que «la dificultad radica en que, como nación, Estados Uni-dos ni se da cuenta ni admite tener un interés firme en el mar», dada la errónea creen- 21  El Tajo es navegable por barcas y barcazas de escaso calado en muchos de sus tramos. Pero esa navegabilidad pudo haberse incrementado significativamente de haberse ejecutado alguno de los proyectos existentes desde tiempos, al menos, de Felipe II. Como criterio general, la no explotación de estas posibilidades es cuestionada por Mahan. 22  Preocupación esta, recurrente en otros textos del mismo autor, como puede observarse en sus reflexiones relativas a la defensa de puertos en MAHAN, 1897, op. cit., p. 32. 23  MAHAN, Alfred. Interés de los Estados Unidos de América en el poderío marítimo. Universidad Nacional de Colombia, 1897, p. 14. http://revista.ieee.es


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