Page 20

REVISTA IEEE 11

http://revista.ieee.es 20 Revista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) Núm. 11 / 2018 dos salafistas y yihadistas. Es la base, también, para los tres partidos que centran este documento: los islamistas tunecinos de Ennahda, del AKP turco y del PJD marroquí. Hassan al Banna funda una organización cuyo modelo combina el activismo políti-co con las obras de caridad. Al principio su objetivo era propagar la moral y los prin-cipios islámicos. Poco después asume la lucha política con una meta: crear un Estado islámico regido por la sharia. A lo largo de los años, el movimiento se entenderá mal o bien con los sucesivos Gobiernos egipcios. Primero apoyarán el golpe militar de «los oficiales» de 1952 porque supuso el fin de la era colonial, a pesar de que el nuevo régimen no tendría nada que ver con sus objetivos políticos de un Estado islámico. Pero, ya en pleno régimen panarabista de Nasser serán prohibidos y perseguidos, en 1954. Esto les llevará a radicalizarse, pero también a crecer, en la clandestinidad. Será ya en los 80 cuando intenten volver a la legalidad política y, con el paso de los años, se conviertan en el principal partido opositor al régimen del país. Un auge que Hosni Mubarak percibe como una gran amenaza, lo que le lleva a desatar una nueva ola represiva contra la organización. Tras las protestas de la plaza Tahrir y la caída de Mubarak, los Hermanos Musulmanes alcanzan la presidencia en 2012, para perderla en 2013 en un nuevo golpe de Estado y ser, una vez más, proscritos y perseguidos por un nuevo régimen militar, esta vez el del general al Sisi. El islam político no es lo único que une a los Hermanos Musulmanes con el PJD, Ennahda y el AKP. Estos tres últimos también provienen de una tradición de décadas de prohibición, persecución y exilio de sus dirigentes por parte de regímenes secula-res nacionalistas, y dictatoriales. Pero también, profundamente corruptos y, en varias cuestiones, ineficaces. En el caso marroquí, la diferencia se circunscribe al hecho de que se trata de una monarquía y a que la aceptación pragmática del orden imperante en el caso del PJD es anterior al de sus otros homólogos. A lo largo del tiempo, en algunos países, la represión unida al pobre desempeño de la política generará una ola de descontento que recorrerá toda la región y que eclosionará en la Primavera Árabe. Un movimiento que lleva en su interior el retorno de la religión en política, ya que la primera se había convertido, para ese momento, en el refugio de to-dos aquellos dominados por un sentimiento de impotencia, por no haber podido alcan-zar el nivel de desarrollo de otras naciones en los ámbitos económico, político y militar14. En este punto conviene resaltar la excepción de Turquía, donde el proceso hasta cierto punto «democratizador» (aunque si se quiere se puede utilizar el término refor-mista) desde finales de los 90 se ha llevado a cabo de forma, más o menos, pacífica. Con la expresión «más o menos» se hace referencia a que no ha sido tampoco una balsa de aceite, ya que hubo un golpe de Estado en 1997 y otras dos supuestas intentonas en 2007 y 2010, conocidos como Ergenekon y Balyoz. 14  http://www.pensamientocritico.org/charfi0209.pdf. Consultado el 02-08-2016.


REVISTA IEEE 11
To see the actual publication please follow the link above