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TIERRA DIGITAL 34

Nacional En una sala de reuniones de un hotel a las afueras de la ciudad de Sevilla se sientan en una mesa cuatro militares serbios. Enfrente, 40 cuatro militares españoles. Entre ellos, las Banderas de los dos países. Es una reunión formal, en la que se utilizan como idiomas vehiculares el español y el inglés. Así lo han acordado previamente. Tras las presentaciones, empiezan a desfilar en el proyector las diapositivas con el programa tentativo para las próximas 48 horas. Es el plazo que tienen los integrantes del equipo de verificación de la República de Serbia para realizar la inspección que solicitaron a un área concreta del sur de España. En la misma hay incluidas varias unidades del Ejército de Tierra, como el Cuartel General de Fuerza Terrestre, la Brigada X, la base “El Copero” o el Regimiento de Artillería de Costa nº 4, y campos de maniobras como “Cerro Muriano” o “Las Navetas”. Los militares serbios están conformes con la propuesta que les ha hecho el equipo de escoltas español, sus anfitriones, formado por integrantes de la Unidad de Verificación Española (UVE). Queda un detalle pendiente: revisar los equipos fotográficos y los móviles que han notificado que iban a traer y que están autorizados. En el caso de los teléfonos, hay que comprobar el número de IMEI. Tras las confirmaciones, la reunión se da por concluida. Son las 21.30 del 9 de abril y el denominado “procedimiento de entrada” se ha completado. Es el punto de partida de cualquier inspección, y esta ya está en marcha. Previamente ha habido una serie de trámites que se han realizado desde los despachos. Las dependencias de la UVE se encuentran dentro de las instalaciones de la Academia Central de la Defensa, en Madrid. Allí es donde se recibió, unos días antes, la notificación de su homóloga serbia, con la petición de la inspección, según el modelo estandarizado correspondiente, que varía en función del acuerdo que le sirve de marco (en este caso, era de Documento de Viena 2011). Pero, en cualquier caso, son peticiones que no pueden desatenderse. Los tratados suscritos por España, en materia de fomento de la confianza y la seguridad entre países en materia militar y para el control de armamento, obligan. En el caso de Serbia, además, las relaciones bilaterales y la colaboración a nivel militar son muy buenas, como demuestra el hecho de que, desde hace tiempo, haya militares serbios integrados dentro del contingente español desplegado en el sur del Líbano, en el contexto de la misión de la ONU. Una vez recibida la petición, toda la maquinaria para preparar la inspección se pone en marcha, igual que sucede cuando España solicita una a otro país. Eso incluye la petición de contactos directos con las unidades implicadas y la actualización de los datos que requerirán los inspectores. Para ello se cuenta con la ayuda de las células de verificación que existen en el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, que actúan como intermediarias con sus respectivas unidades.


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