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REVISTA GENERAL DE MARINA 274-5

25.114.—Héroe en la guerra, campeón en el césped Hablamos del alférez de fragata Worth Bagley, el único oficial de la Marina norteamericana muerto en combate durante la guerra de Cuba de 1898. Worth era el segundo comandante del USS Winslow y falleció, junto a varios miembros de la dotación, como resultas del enfrentamiento con el remolcador de nuestra Armada Antonio López durante la batalla naval de Cárdenas. Bagley fue durante los cuatro años que pasó en la Escuela Naval de Annapolis la estrella de su equipo de fútbol americano, y aun se le considera uno de los mejores jugadores que han defendido los colores de la Marina estadounidense. Cárdenas fue una muy meritoria victoria de la Armada, pues dos cañoneras y un remolcador causaron grandes daños a una fuerza enemiga muy superior. La flotilla norteamericana, formada por un crucero, dos torpederos, un guardacostas y una cañonera, inició muy confiada las operaciones y terminó sufriendo la pérdida de más de una docena de muertos y heridos, amén de la cañonera y uno de los torpederos. Por parte española, solo hubo un herido. DAVA 25.115.—Faros Es curiosa la descripción que se da de los faros encendidos durante el año 1866 en el puerto de Cartagena; al referirse al situado en la punta de La Podadera, dicen que fue el 24 de septiembre, «con luz fija y blanca, alcance de 10 millas, elevado MISCELÁNEA 61 metros sobre el nivel del mar y 8,47 sobre el terreno». Y respecto al aparato óptico, «es de 4.º orden, la torre ligeramente cónica de color amarillento, la linterna prismática y pintada de verde, colocada en el centro de una habitación de planta cuadrada, iluminando un arco de 110º entre cabo Tiñoso y el islote de Escombreras». J. A. G. V. 25.116.—Almirantes de Castilla Poco después de acaecida la muerte del primer almirante, dividió Alfonso x el cargo entre dos personas: una encargada de las galeras de la Corona y que dirigía las expediciones al Mediterráneo, por lo cual fue en un principio nombrado Almirante de Sevilla; y el otro mandaba las naves de vela del Océano, comprendiendo su jurisdicción la costa desde el Miño al Bidasoa, residiendo en Burgos, como ciudad céntrica, y tenía la atarazana en Castro Urdiales. Aun existiendo estos dos cargos, se creó otro intitulado «adelantado mayor de la Mar», que el rey confirió a su primer mayordomo, Juan García de Villamayor, con jurisdicción amplia y equivalente a la que gozaban los de empleo análogos en las fronteras del Reino. Durante un período de tiempo de más de ciento cincuenta años se eligieron para servir tan elevado puesto caballeros nobles, nacidos en el litoral de la Península y significados en empresas marítimas, y otros extranjeros que las necesidades exigieron contratar con sus embarcaciones para contener la invasión de los moros por las costas del estrecho de Gibraltar. J. A. G. V. 2018 965


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