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Tierra Edicion Digital 36

Primer Plano lo que más le atrajo del cambio, aunque no se imaginaba que implicase tantísimo trabajo. Por suerte, la dedicación de estos años «ha dado sus frutos». Al principio había que estar «muy pendiente de todo» y las consultas a sus compañeros del “Mérida” 8 eran casi continuas. Con el tiempo, esto ya no es así, aunque «el trabajo no está terminado y falta todavía para estar al mismo nivel», subraya. El teniente Núñez, del 2º Escuadrón, ha sido otro de los que ha trabajado para «construir una rutina y hacer girar la rueda » del Grupo. El “Calatrava” fue su primer destino, tras salir de la Academia General, y le resultaba muy «ilusionante» poder dejar parte de su impronta. «No todo el mundo puede hacerlo, y menos en su primer empleo», destaca. El mayor hándicap, desde su punto de vista, fue la falta de experiencia del personal, ya que entre el 80 y el 85 por ciento de la plantilla estaban en su misma situación. Con mucho esfuerzo y «echándole muchas horas», esta circunstancia se ha ido contrarrestando. Su sección fue la que constituyó el germen del 2º Escuadrón del Grupo, que en lo primeros meses solo contaba con el 1º y el de Plana Mayor y Servicios. «Mi sección es la que hizo la migración de un escuadrón a otro porque era la que tenía más experiencia», resalta. Desde entonces, el Grupo ha seguido creciendo, hasta contar en la actualidad con dos Escuadrones Ligero-Acorazados gemelos, cada uno con tres secciones y un pelotón de morteros, más el de plana. Los vehículos VEC y los carros Leopardo también fueron llegando, poco a poco, de distintas unidades del Ejército, y la situación actual hace incluso soñar al teniente Núñez con poder ir de misión con su Escuadrón, una ilusión que han podido ver cumplida sus compañeros del “Mérida”. Este Batallón fue el encargado de aportar la sección de carros al Grupo Táctico que la Brigada “Extremadura” XI desplegó en Letonia, en la primera rotación española que España sumó a la misión de la OTAN “Presencia Avanzada Reforzada”, en 2017. Para el Batallón, la misión supuso un gran orgullo y una oportunidad de poner en práctica, en una operación internacional, la instrucción y el adiestramiento que realizan en el día a día en su unidad. No obstante, implicó también un gran esfuerzo poner en las mejores condiciones el material que se proyectó. Así entendían que debía ser, puesto que sabían que no regresaría con ellos a España, sino que se quedaría allí para su relevo. Este hecho ha conllevado una reducción temporal en su dotación de Leopardos en territorio nacional, que se ha ido solucionando poco a poco con el envío a Badajoz de carros procedentes de otras unidades. Esta capacidad de sobreponerse y adaptarse a los cambios para sobrevivir es marca de la casa desde hace 225 años, y si alguien se pregunta el motivo, la respuesta está en su Himno: Castilla fue siempre así.


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