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Revista Historia Militar Extra 1 2018

EL ASCENDIENTE ECLESIÁSTICO EN EL LENGUAJE BÉLICO… 49 admitir la crueldad que entraña, también reconoce sus seguros beneficios, siempre que esté motivada por un buen fin: “Guerra es cosa que ha en sí dos cosas. La una del mal. La otra del bien. E como quier que cada una destas sean departidas en si según los fechos, pero quanto en el nome e en la manera de como se faze, todo es como una cosa. Ca el guerrear, maguer ha en si manera de destruyr, e de meter departimiento, e enemistad, entre los omes, pero con todo eso, quando es fecha como debe, aduze después paz, de que viene asosegamiento, folgura e amistad. E porende dixeron los sabios antiguos que era bien de sofrir los omes los trabajos e los peligros de la guerra…”66. Castilla, en su guerra abierta con el Islam, podía encontrar perfecta justificación en los principios esgrimidos por los autores eclesiásticos citados que desarrollaron el concepto de guerra justa y que parcialmente se muestran en el texto citado: la convocatoria regia, la recuperación de las tierras, y el respaldo pontificio, como máxima autoridad, en cuanto que se luchaba por la fe de Cristo. Pero Alfonso X daría un paso más al mencionar otro concepto, el de “bien común”, que tan larga trayectoria tendría en las asambleas de Cortes posteriores, ligado al del “acrescentamiento” del territorio, propio de la Reconquista en la que el reino estaba implicado desde hacía siglos: “Queremos aquí mostrar en las leyes de este título, de la guerra que conviene que fagan, tan bien ellos, como los otros, catando pro de su tierra, en dos maneras. La una sabiéndola guardar e defender de sus enemigos. La otra acrescentandola, ganando de lo suyo dellos”. Presencia eclesiástica, discurso religioso y financiación de la guerra en las Cortes de Castilla En las páginas anteriores se ha intentado ofrecer una síntesis de la evolución operada en la normativa legal castellana sobre la guerra y el ejército, en relación con la aplicación en ella del lenguaje religioso y de los principios cristianos promovidos por la Iglesia. El progresivo enriquecimiento de los textos jurídicos con imágenes, conceptos y reflexiones de origen bíblico y eclesiástico resulta evidente tras una sencilla comparación, por ejemplo, entre las disposiciones bélico-castrenses recogidas en el fuero conquense y las de la II Partida. Sin embargo, las leyes dispuestas en ambos casos, aunque fueran el fruto de con- 66  Siete Partidas, II, prólogo del título XXIII. Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2018, pp. 49-76. ISSN: 0482-5748


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