y el ferrocarril que unían la región con Moscú, unas vías de alto poder propagandístico que ya habían intentado conquistar anteriormente los soviéticos. Así, mientras las fortifi caciones españolas de la zona se robustecieron en la medida de lo posible, el regimiento 262 de Infantería, unidad española que ocupaba el sector, fue reforzado. La línea de frente en la zona caliente quedó defi nida por el despliegue del Regimiento de Infantería 262, con sus tres batallones, la Cía de Cañones de acompañamiento, la de Antitanques y la de Plana Mayor; el Bón de Reserva 250 con sus cuatro compañías; el Grupo de Antitanques de tres compañías con la gran mayoría de sus piezas de 37 y 50 mm, inefi caces contra los T-34 y KV-1 soviéticos; el Grupo de Exploración con dos de sus escuadrones aunque al fi nal intervendría también un tercero; el Bón de Zapadores con tres compañías; y la Cía de Esquiadores. Como apoyo artillero, el I Grupo del Regimiento de Artillería 250 con piezas de 105, más una batería de refuerzo con piezas de 105 y otra con piezas de 150. Como jefe del sector quedó el coronel Manuel Sagrado Marchena, jefe del regimiento de Infantería 262. La segunda premisa y no menos importante, proviene de las experiencias de la gran batalla de Stalingrado en que el frente alemán se derrumbó por el ala cubierta por sus aliados rumanos y donde la reacción de las reservas no fue completa por la imposibilidad de italianos y húngaros en acudir a taponar las brechas y que fue tachada de ineptitud por el mando alemán. En la zona de Krasny Bor, el frente también estaba ocupado por fuerzas no germanas y tanto soviéticos como alemanes, llegaron a dudar del empeño y esfuerzo que pudiesen emplear los españoles ante la ofensiva. La tercera deviene del propio desarrollo de la Operación Estrella Polar, con grandes ataques simultáneos a posiciones de los dos Ejércitos alemanes del Grupo Norte, en Leningrado y a lo largo del Voljov y más allá del lago Ilmen hasta llegar al Demyansk, con multitud de otras acciones en distintos lugares de ambos frentes para fi jar las reservas e impedirles su acción de apoyo. Así, en el frente de Leningrado, el fl anco Oeste y el centro de la línea española, con dos de los tres batallones de cada uno de los Regimientos de Infantería 263 y 269, más una parte del Grupo de Exploración; fue hostigado por otras unidades soviéticas de las divisiones de fusileros 109 y 56 para que no pudieran abandonar su línea ni dedicar parte de sus fuerzas en mayor apoyo del fl anco Este de la división. Planteado lo anterior es necesario resaltar que el inicio del ataque fue anunciado durante todo el día anterior a la batalla, con señales que pusieron a prueba los nervios de los divisionarios españoles; como el movimiento de vehículos y Despliegue español el 10 de febrero de 1943 84 Armas y Cuerpos Nº 138 ISSN 2445-0359
ARMAS Y CUERPOS 138
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