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de los comentarios posteriores de un buen numero de divisionarios, se deduce que fueron varios los enclaves denominados como “El Bastión” por distintas compañías). Así, resistieron por encima del límite, entre otras compañías, las de los capitanes Losada, Ruíz de Huidobro y Palacios en el fl anco este; las de los capitanes Campos e Iglesias, apoyados por el comandante Payeras en el centro de la línea española; y las de los capitanes Oroquieta, Arozamena y Aramburu, en el fl anco oeste. Mientras estas compañías muy debilitadas resistían de forma precaria para fi jar las fuerzas rusas y entretenerlas a la espera de la reacción de las propias reservas, la aviación soviética bombardeaba a placer ante la ausencia de la Luftwaffe. La división alemana que cerraba la línea del cerco por la zona oriental, la 4 División SS Polizei, disminuida en efectivos, apenas si podía defenderse de los ataques rusos por lo que no pudo prestar ayuda a los españoles, y la división 212 situada a retaguardia de la D.E.V., se mantenía en sus posiciones ante el riesgo de recibir un ataque. Al caer la tarde, las compañías de Palacios y de Oroquieta, sin municiones, sufrieron el asalto fi nal y sus hombres muertos o prisioneros. De la de Oroquieta supervivieron 16 hombres que comenzaron la larga marcha que terminaría en el Gulag. Pocos más fueron los supervivientes prisioneros de la 5ª Cía de Palacios. En el Este sobre el bastión denominado La Cresta, situado junto a la carretera a Moscú, lo que quedaba de las compañías de Arozamena, Aramburu y Campos resistieron hasta la llegada de la noche deslizándose en la oscuridad hasta las zonas propias. En el casco urbano de Krasny Bor se luchó casa por casa, españoles apoyados por una compañía alemana dieron grandes episodios de heroísmo hasta que los rusos detuvieron su avance por fatiga o agotamiento, imposibilidad de contar con la mayor parte de sus acorazados, desgana o relajación de los soldados soviéticos que abandonaron la lucha para desbalijar casas y cadáveres en busca de comida y objetos de valor, desalentados por una resistencia que no esperaban o porque ya comenzaban a ser hostigados por las reservas españolas (el III/263 y el II/269) más los componentes del 10º Batallón de Repatriación que, dispuesto para volver a España, se reincorporó al combate; así como las primeras unidades de la 212 División alemana que reaccionó tarde por encontrarse entre las zonas de dos de las operaciones locales de la Operación Estrella Polar. El 55º Ejército soviético detuvo su avance quedando el frente estabilizado y con una pérdida de terreno por parte española de apenas 3’7 kilómetros. En Krasny Bor se otorgaron tres de las nueve Cruces Laureadas de San Fernando que los hombres de la División Azul (Soldado de Zapadores Antonio Ponte Anido, Capitán de Infantería Manuel Ruíz de Huidobro y Alzurena a título póstumo y Capitán de Infantería Teodoro Palacios Cueto), además de una buena cantidad de Medallas Militares Individuales y Cruces de Guerra, y también de Cruces de Hierro de 1ª y 2ª clases alemana. Se sufriría el 25% de las bajas mortales totales divisionarias y la mitad del número de prisioneros capturados por los rusos en toda la campaña. Por parte rusa, en un principio se silenció el resultado de aquellos combates hasta el punto de ser borrados de los libros de historia para después ser considerados como una escaramuza sin importancia en la Gran Guerra Patriótica hasta que, al ser desclasifi cados los archivos de Stalin, se dio conocimiento al pueblo ruso de la gran esperanza que para el resultado de la victoria fi nal se tenía en el éxito deseado de la Operación Estrella Polar, aunque minimizando las consecuencias que para su total fracaso tuvieron el buen hacer y la resistencia de los españoles. Agosto-2018 Armas y Cuerpos Nº 138 87


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