Fue el lunes 20 de julio de 1885, cuando desde Sevilla, a bordo del Río de Oro, partió Bonelli con destino a la factoría que había fundado. Este buque debía recalar en Santa Cruz de Tenerife pese a las difi cultades que oponía el gobernador de las Islas Canarias Gutiérrez de la Cámara, contrariando órdenes terminantes del Gobierno, órdenes relativas a las pertinentes cuarentenas que se debían guardar con motivo del cólera que asolaba a España. El tema quedó zanjado con la dimisión del gobernador, el encargo del mando de la provincia al secretario del gobierno civil, Sansón y Barrios, y teniendo libre la entrada de Bonelli en la isla. Epílogo Después de este episodio de la vida de Bonelli, este continuó viajando y explorando Guinea, dando conferencias y aportando a la política de España de fi nal del maltrecho siglo XIX español ideas compartidas por personajes tan interesantes como Lucas Mallada o Joaquín costa. Y siempre con el apoyo del Ejército y de la Armada en la consecución de sus fi nes para mayor honra de España. La vida de Emilio Bonelli Hernando es digna de un libro completo. Sus actividades geográfi cas en el Sáhara, Guinea y norte de Marruecos, así como su actividad en las diversas Sociedades Geográfi cas de las que fue miembro, bien se merecen un estudio profundo en el campo de la antropología y de la sociología. Lo que hemos narrado en estas páginas es un escaso ejemplo de lo que fue su vida. Lástima que este tipo de ofi ciales del ejército tan humanistas apenas tengan cabida en los planes de estudio de las Academias militares, donde se da en exceso materias que antaño se denominaban de “ciencias”. El militar, el soldado, es de por sí un humanista que debe consolidar esa formación innata. La ciencia viene del estudio. La humanística viene del ser interior. Y es a través de la humanística como se ganan las batallas desde su planifi cación. La ciencia solo hace asegurar esa victoria. Notas La Época, 9 de noviembre de 1882. También en Escenas contemporáneas. Revista bibliográfi ca, Ma-drid, 1882. Antonia Sáenz Melero, Tratados fi rmados por las cabilas de la costa de África en Lanzarote. De la serie Edetana. Buques concebidos para las colonias de 480 toneladas en servicio en 1860. Fue dada de baja en 1886. La Ilustración Española y Americana. Revista de bellas artes y actualidades, Madrid, 8 de enero de 1885. Se denominaba legua a la distancia recorrida andando durante una hora, o sea unos 4 kilómetros. Trabajo inédito sin publicar. El Día, sábado 28 de marzo de 1885. La Vanguardia, domingo 29 de marzo de 1885. 1 2 3 4 5 6 7 8 96 Armas y Cuerpos Nº 138 ISSN 2445-0359
ARMAS Y CUERPOS 138
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