Page 10

Revista-General-Marina-275-1-julio-2018

TEMAS GENERALES hizo esperar: «De jefe Cuarto Militar de S. M. a ministro de Marina. Su Majestad se congratula mucho éxito telegrafía sin hilos en Armada y felicita a V. E. y jefe División Naval». El 18 de enero de 1908 se anunciaba la firma del contrato con la aprobación de Londres para adquirir ocho cañones Vickers 101,6 mm con destino al crucero, que sustituirían a los instalados en la construcción del buque. A primeros de octubre se realizaban pruebas de esos cañones, que dieron un excelente resultado. El 24 de noviembre el comandante del Extremadura remitía al comandante general del apostadero de Cádiz una carta oficial, número 2.557, en la que denunciaba que durante los últimos ejercicios realizados se habían producido desperfectos en la cubierta y baos del castillo y toldilla, en donde se habían instalado cuatro de los nuevos cañones, siendo necesario que se reforzasen las instalaciones. El 8 de enero de 1909 una real orden disponía que el buque pasase al Arsenal de La Carraca para que el personal de ingenieros y artilleros practicase un minucioso reconocimiento, emitiese un informe en el que propondrían las obras necesarias para consolidar las referidas instalaciones, así como un detallado presupuesto. Justo un año después, el Extremadura realizaba en Cádiz las obras programadas. La artillería adquirida había supuesto para el Gobierno un gasto de 19.000 libras esterlinas, más 50.000 pesetas por gastos de demora en hacer efectivo el pago; esta última cantidad supuso un recurso contencioso-administrativo interpuesto por la firma inglesa. La botadura del crucero Extremadura En los inicios del siglo XX la botadura de un buque en la ciudad de Cádiz conllevaba grandes celebraciones. Era una época convulsa de inestabilidad laboral y social y lanzar un buque al agua significaba trabajo y prosperidad para la ciudad, aunque fuera por tiempo limitado. Por ello la botadura del Extremadura, como todas las realizadas en ese período, vino acompañada del tradicional protocolo festivo: banquetes, brindis, día de asueto, emotivos discursos y cruce de telegramas de agradecimiento. La grada en la que se asentaba el buque estaba circundada por gallardetes y banderas y en el templete ubicado frente a ella se encontraban los distinguidos invitados. Junto a la prensa hidráulica, atentos a los últimos preparativos técnicos, estaban los ingenieros Nicolás Fuster y Miguel Rechea, así como los maestros González y Paredes, que daban las últimas instrucciones a los trabajadores de grada ocupados al pie de la sorda que ayudaría en la maniobra del buque al botarlo al agua. Se habían invertido más de 4.000 kilos de sebo en la cama por la que se deslizaría el crucero. Trescientos operarios tomarían parte en las operaciones de lanzamiento y la banda militar de Álava amenizaría el acto. 2018 9


Revista-General-Marina-275-1-julio-2018
To see the actual publication please follow the link above