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Revista-General-Marina-275-1-julio-2018

DREADNOUGHT, 1914 Antonio BARRO ORDOVÁS (RE) We are probably fools not to find a reason for declaring war on Germany before she builds too many ships and takes away our trade. Arthur Balfour a Henry White (1907). Antecedentes. La unificación alemana y el juego de las alianzas ESPUÉS de su unificación en 1870, Alemania pasó a ser la segunda potencia demográfica de Europa, después de Rusia; la segunda industrial, después de Inglaterra —a la que superó en 1910—, y la primera militar terrestre. Su desarrollo industrial en el último tercio del siglo XIX y la primera década del XX fue vertiginoso, y en 1870 la casa Krupp ya era la primera acería del mundo. Así pues, Alemania se había convertido en la primera potencia de la Europa continental, ya que Gran Bretaña, enfrascada en sus aventuras coloniales, se desentendía bastante de los problemas europeos y vivía un splendid isolation. Aquel aislamiento era posible, en parte, debido al poderío naval británico, que permitía a los ingleses el dominio de los mares y el mantenimiento de su fabuloso imperio ultramarino. Bismarck, que además de «Canciller de Hierro» era un hábil diplomático, no quiso hacer gala de la hegemonía continental alemana, ya que prefería evitar cualquier alianza europea porque consideraba que esta podría dirigirse contra la potencia más fuerte, es decir, Alemania. Por otra parte, al objeto de evitar que Gran Bretaña se inmiscuyese en los asuntos continentales europeos, trató de evitar dos legítimas ambiciones de muchos compatriotas suyos: construir una poderosa flota que complementase a su formidable ejército, y el expansionismo colonial. 2018 17


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