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Tierra Edición Digital 38

Cultura ve en sus caras y su permanente actitud, hace que el peso de las decisiones sea más liviano. Ellos son lo más valioso de la unidad y, a la vez, la mejor fuerza de combate mental y física que se podría tener. «Si los soldados que vienen conmigo no pueden hacerlo, no lo puede hacer nadie —piensa el capitán San Miguel—; con ellos lo podemos todo». Despliegan firmes en su decisión, enfrentándose al fuego enemigo, mientras no dejan de disparar. Les cuesta mucho identificar los orígenes de fuego porque están muy pegados al terreno, tapados con mantas recubiertas de arena y dueños de muy buenas posiciones, de las que deben ser desalojados. Fijan por el fuego el área norte. Siguen silbando balas por todas partes; caen los primeros RPG, uno muy cercano al ve- hículo de V5. Pumba, el soldado Jorge, el tirador, lo oye venir y se agacha justo a tiempo diciendo: “¡ahí viene, ahí viene!” Acto seguido, toma de nuevo su ametralladora pesada y responde con todas sus fuerzas al enemigo. 1A y Barni se sitúan prestos a ambos lados del vehículo, que Cristo conduce con la pericia y el aplomo que le da su veteranía y las muchas horas de conducción. Pumu, desde el vehículo VAMTAC de 1A maneja con mucha soltura y precisión su arma principal y poco a poco consiguen avanzar tomando posiciones más al este del paso. «¡Vamos, vamos, que se mantenga el apoyo por el fuego!» Allí se ve a Pony, a Gato,…, todos los vehículos del grupo A avanzan muy despacio, disparando sobre las posiciones enemigas; sin duda los tiradores del arma principal ya se perfilan como los grandes protagonistas de la jornada. Ellos y los corazones que los guían. FIJANDO AL ENEMIGO En este punto 5V declara TIC y ordena al grupo B que les sobrepase por la izquierda y avance por el sur todo lo que pueda, mientras los del grupo A fijan al enemigo de la zona norte y la este. Kent, seguido de Tánatos, avanza con ímpetu ante un fuego muy nutrido que llega desde posiciones muy bien disimuladas y preparadas. Silban las balas por todos lados. Kiriki, Animal, Ompare, Dragón, Pelayo… todos se coordinan como un solo elemento de combate y avanzan y avanzan; y, finalmente, toman las posiciones del sur. Los que han desembarcado, que no hay asalto sin desembarco, oyen las voces de los enemigos y se pegan al terreno haciendo un fuego imprescindible para desalojarlos de sus posiciones. Los insurgentes también pueden oírlos a ellos y saben que pronto los tendrán encima. Y esa mañana han descubierto que con ese tipo de soldados no caben apuestas ni bromas. Las armas principales de los vehículos apoyan a los que han desembarcado de forma sostenida a pesar de estar recibiendo un fuego enemigo preciso y concentrado. Los tiradores de los vehículos 59


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