Nacional Su altura supera en tan solo un centímetro la de Pau Gasol y alcanza la “endiablada” velocidad máxima de 7 kilómetros por hora. Son marcas que, a priori, recuerdan más a las de un vehículo de uso lúdico que a las de un carro de combate, acostumbrados a las dimensiones y capacidades del Leopardo, el T-90, el Abrams o el Merkava. Pero lo cierto es que la aparición del Renault FT-17 a finales de la I Guerra Mundial supuso una auténtica revolución. De hecho, está considerado el primer tanque moderno y el padre de todos los que vendrían después. En la actualidad, se conservan en el mundo muy pocos ejemplares de FT-17 y España puede presumir de tener uno que luce como nuevo a sus casi 100 años. Todo gracias al trabajo del Ejército de Tierra y a la colaboración de asociaciones, empresas y particulares que han hecho posible su restauración y nueva puesta en funcionamiento. El FT-17 se encontraba en la base “El Goloso” de Madrid y formaba parte de los fondos del Museo de Medios Acorazados del Ejército de Tierra que se ubica allí. El personal destinado en el Regimiento Acorazado 27
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