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MISCELÁNEA guida se reunió con Torres y Gómez de Liaño para trazar sus planes para tratar de aplazar la decisión del Cabildo de Mendoza de acatar las órdenes de la Junta, decisión que se adoptaría por unanimidad en la sesión celebrada el 23 de junio. No obstante, los tres funcionarios reales se negaron a obedecer a la Junta mientras no les fuese ordenado por su jefe superior, el Virrey3. Juan Gutiérrez de la Concha Ante la determinante decisión tomada por el Cabildo, Ansay, Torres y Liaño se reunieron para trazar planes, decidiendo enviar a Córdoba noticias de lo sucedido. Las únicas fuerzas leales con las que podía contar Ansay para enfrentarse a los sucesos que se avecinaban eran seis cabos veteranos y un tambor europeo. En cuanto al armamento, era escaso y se encontraba en muy mal estado, lo que no importó para que esa misma noche le exigiese el Cabildo que lo entregase para que no se viese obligado a acatar las órdenes que le llegasen de Córdoba, imposición que no tuvo otro remedio que aceptar. El día 27 fue decisivo, la población ocupó el cuartel de las Milicias Disciplinadas y Ansay recibió un escrito del Cabildo en el que se le comunicaba su sustitución como comandante de armas, no quedándole otra solución que 95 Baltasar Hidalgo de Cisneros Iniciada en la Península la guerra contra los franceses, la Junta Suprema Central sustituyó a Liniers por Baltasar Hidalgo de Cisneros, retirándose aquél a la Alta Gracia, distante cuarenta km de Córdoba, para preparar el viaje de vuelta a la Península. La penosa situación por la que atravesaba España, sumida en una cruel guerra y privada de su Monarca agitaría el vendaval de la revolución. A imitación de lo que se había hecho en España al crear las Juntas Provinciales para llenar el vacío dejado por el Rey, el Cabildo de Buenos Aires formó su propia Junta el 25 de mayo de 1810, en cuyo seno se desarrollaría el afán por separarse de la Metrópoli. Pocos días después llegó a Mendoza la noticia de la deposición del virrey Hidalgo de Cisneros por la Junta y la imposición de la obligación de apoyar y obedecer a ésta. En Córdoba, sus principales dirigentes –entre ellos el intendente de la provincia Juan Gutiérrez de la Concha, al que se unió el ex virrey Liniers- decidieron no reconocer a la Junta, comunicando esta decisión a Ansay, quien ense- 3 Juan Gutiérrez de la Concha, marino y participante en la expedición Malaspina, había sido nombrado intendente por Liniers en 1807. En Córdoba habían nacido sus hijos Manuel y José, que tenían en el momento de la muerte de su padre dos y un años, más tarde marqueses del Duero y de La Habana, respectivamente, que llegaron a alcanzar la dignidad de capitán general y fueron los militares que más Cruces de San Fernando recibieron.


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