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Como curiosidad, me gustaría señalar que en este mismo número de la revista y en el artículo “Hace 50 años: el espíritu de la General”, se hace referencia a un artículo publicado en 1968 por uno de aquellos jóvenes guineanos: Maximiliano Meko Eyono Guinea, en aquellos años, no tenía ningún problema importante con las naciones vecinas. Desde el punto de vista estratégico era, y sigue siendo, un área sin confl ictos externos, por lo que las materias propiamente militares de combate tenían menos importancia que las relacionadas con el comportamiento ético y las relaciones del estamento militar con la población, en este sentido puede afi rmarse que la Academia General siempre ha sido clave en la formación de los cadetes: la convivencia como base del compañerismo y el ejemplo de los profesores y de los “antiguos”. Como era de esperar este papel de la Academia tuvo notable relevancia en el conjunto de disposiciones orientadas a preparar a los futuros dirigentes de Guinea. No solamente en lo que se podría llamar la parte académica de su formación sino también en ampliar su conocimiento de lo que había sido y era la nación colonizadora. En las vacaciones de Navidad de 1963, realizaron un viaje por el Sur de España que les permitió conocer Valencia, Sevilla, Cordoba y Granada. Lógicamente se habían escogido las regiones con mejor clima en aquellos meses y el carácter turístico y familiar del mismo, ayudó mucho a suavizar la dureza de los primeros meses de vida académica. En el informe que el profesor que les acompañaba emitió al general director, quedó constancia de que, así mismo, el viaje impulsó la admiración y por consiguiente el aprecio al país del que habían formado parte. La transcendencia de la labor realizada con aquellos jóvenes (a los que cabe añadir la de los tres subofi ciales que estuvieron en la Academia Auxiliar Militar) puede apreciarse por la importancia de los cargos que varios de ellos han tenido en la constitución y posterior consolidación de la República. Uno de los alumnos era Teodoro Nguema (hoy Obiang Nguema) que llegó a ser el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas de Guinea y, tras el golpe de Estado de 1979, ha sido el Presidente de Guinea Ecuatorial hasta la fecha. Pero no solo él ha tenido un puesto relevante sino que entre sus compañeros de Academia, tres fueron Vicepresidentes, dos Ministros de Defensa y tres embajadores en distintos países de Africa y Asia. Cuando Obiang Nguema dio el 3 de Agosto de 1979 el golpe de Estado, allí denominado como “Golpe de Libertad”, pidió apoyo desde el primer momento a España con la que se sentía vinculado a pesar de la ruptura de relaciones que se habían producido durante el gobierno del presidente Macias. Y ello a pesar de la presencia en la capital Malabo de los embajadores de Francia y Rusia que tenían intereses de peso en aquella zona de África. No es este artículo sobre el 50 aniversario de la República de Guinea Ecuatorial el lugar ni el momento de analizar el desarrollo de la Cooperación española en los primeros años del nuevo rumbo de Guinea, ni tampoco la evolución posterior ni de los problemas surgidos entre ambos países, pero si 32 Armas y Cuerpos Nº 139 ISSN 2445-0359


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