Cultural intelligence José Miguel Palacios Coronel de Infantería (R) Doctor en Ciencias Políticas En los viejos tiempos nos forjábamos asaltando una y otra vez alguna de las cotas próximas al Val de San Gregorio y nunca llegábamos a preguntarnos qué enemigo la ocupaba y qué motivos lo habrían llevado hasta aquel inhóspito rincón de la península. Es verdad que en las clases teóricas nos enseñaban a considerar el enemigo, el terreno y los medios, pero en la práctica el enemigo apenas se trataba. El secreto del éxito consistía en hacer bien nuestro trabajo (es decir, en sacar buen partido a los medios, siempre escasos) y utilizar adecuadamente el terreno, con lo que la victoria no se nos podía escapar. Era valor lo que necesitábamos. Y un cierto grado de pericia, claro. Por lo que respecta al enemigo, solo sabíamos que más le valía apartarse de nuestro camino. Han pasado muchos años, las “intelligencedriven operations” están de moda y nadie tiene ya que convencernos de la importancia de la inteligencia, de que hoy en día sin una buena inteligencia no se puede hacer la guerra ni proteger la paz. El problema es que “inteligencia” resulta ser un concepto demasiado amplio o demasiado ambiguo. O todas las anteriores, que solía ser la opción d) en las preguntas tipo test. Porque cuando hablamos de inteligencia (tan a menudo), podemos estar refi riéndonos a dos cuestiones muy distintas. Hay una inteligencia de lo concreto y su exponente máximo es en estos momentos el “targeting” (la identifi cación de objetivos). Se trata de una inteligencia de alto nivel tecnológico y está perfectamente integrada en los sofi sticados sistemas de armas que pueblan el campo de batalla contemporáneo. Sin esta inteligencia concreta, nuestro armamento puede servir de muy poco. Es casi como el forraje en los confl ictos del siglo XIX o la gasolina en los del siglo XX, un sine qua non. Existe también una inteligencia mucho más tradicional, enfocada hacia la mejor comprensión del adversario. Una inteligencia que busca las claves que nos permitirán predecir el comportamiento de individuos, grupos y sociedades, saber qué hemos de hacer para alcanzar los efectos que buscamos. Una inteligencia que presupone la perfecta comprensión de la cultura local en todos sus matices (“cultural intelligence”). Una inteligencia que resulta imprescindible para gestionar el Diciembre - 2018 Armas y Cuerpos Nº 139 41
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