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Tropas_Montaña_002

T R O P A S D E M O N T A Ñ A Preparación / 35 las unidades participantes aconsejaron realizar una fase pre-via de adiestramiento a nivel Compañía e integración de apo-yos, lo que permitió alcanzar un mínimo grado de cohesión y conocimiento mutuo para afrontar la fase de nivel GTM. La climatología quiso ponérselo difícil a los participantes. Unos 35 litros de agua y nieve cayeron en la zona entre el 16 y el 23 de noviembre, con un único día sin precipitación. Además, la media de temperaturas a 1.100 metros (zona del vivac principal instalado en El Pueyo de Jaca) fue de 4º C, con una mínima de -2,6 ºC la noche del día 20. En esas condiciones, tras un planeamiento que tuvo su co-lofón en el completo ensayo dirigido por el Tcol. Fernando Noval García, jefe del el GTM “Montejurra” sobre un sorpren-dente “cajón de arena”, se lanzó la operación ofensiva el día 20 a las 12:00. En la práctica, había que progresar desde Sallent y Panticosa para atacar y ocupar los collados de Izas, Anayet y Canal Roya, expulsando al enemigo que los ocupaba. Una vez alcanzados los objetivos intermedios, se descendía hacia el Valle del Ara-gón por las canales de Izas y Roya, para amenazar al enemigo existente en el Valle del Aragón y forzar su repliegue hacia el Puerto de Somport, donde el supuesto táctico fi nalizaba con una operación de control de zona. Para dotar de realismo al ejercicio y permitir alcanzar los ob-jetivos de adiestramiento se articuló una fuerza de oposición (OPFOR) constituida por personal del RICZM 64, que inicial-mente ocupó y organizó posiciones en los collados, realizan-do posteriormente una acción retardadora a pie hacia el Ara-gón compaginada con las actividades simuladas del enemigo en la zona del puerto de Somport. Las duras condiciones meteo y el exigente escenario elegido pusieron desde el primer momento a prueba la preparación de los participantes. El agua, la nieve, el desnivel, el viento, el peso del equipo y armamento y la escasa visibilidad obligaron a los Jefes de las Unidades que se desplazaban a pie (compa-ñías de cazadores, patrullas de la compañía de EE.EE,s, sec-ción de reconocimiento, sección de zapadores, observadores avanzados, repetidores de transmisiones) a poner a prueba a sus subordinados. Una vez más se demostró que solo uni-dades especialmente adiestradas para vivir y moverse en escenarios de montaña y condiciones de clima frío pueden enfrentarse a combatir en ellos con garantías de éxito. No menos complejo fue el garantizar en esas circunstancias el enlace, el apoyo de fuegos, la movilidad y contramovilidad, la defensa aérea y el apoyo logístico. La práctica en la conduc-ción sobre nieve, la colocación y empleo de cadenas, el em-pleo selectivo de los vehículos TOM,s, el disponer de medios alternativos de enlace (relés VHF de altura, medios HF a nivel S/GT, terminales satélite para seguridad de las columnas a pie) y el adaptar la logística a las escasas comunicaciones y limitadas zonas de despliegue resultaron vitales para llevar a buen puerto las operaciones del GTM y resolver las múltiples incidencias reales surgidas. El ejercicio ha servido, además, para evaluar formalmente que el BCZM “Montejurra” alcanza el nivel marcado de adies-tramiento. El equipo de evaluación, al mando del TCol. Mar-tínez Vitoria (Regimiento de Infantería “Asturias” 31), pudo comprobar de primera mano las difi cultades reales a que se ha enfrentado la unidad evaluada, certifi cando su grado de preparación para el combate en montaña. De capital importancia resultó el contacto con autoridades civiles, estaciones de esquí, ganaderos, propietarios y veci-nos de la zona para minimizar las afecciones y molestias que irremediablemente causa el despliegue en terreno no militar de 600 efectivos y unos 140 vehículos. El trabajo encomiable del equipo CIMIC /OCP (Stte. Tena y Bgda. Gazo, del RICZM 64) resultó vital para gestionar los permisos, informar previa-mente a la población y resolver con éxito las incidencias habi-das. Además, la política de información pública activa ha per-mitido una muy buena difusión del ejercicio en MCS y redes sociales, con una valoración muy positiva de sus resultados. Una vez fi nalizado el ejercicio, la fase de análisis debe per-mitir convertir todo lo vivido en lecciones identifi cadas y propuestas de mejora en las áreas de orgánica, materiales, instrucción y adiestramiento, doctrina y procedimientos que redunden en un impulso para nuestras unidades de monta-ña. Sin sufrimiento, no hay mejora. Jorge Santamaría Ballabriga Jefe del RICZM 66


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