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LA BANDERA ROJI-GUALDA ANTES DE SU INSTAURACIÓN... 89 Existía un acuerdo pactado entre el General Serrano y la junta de Barcelona para convocar una Junta Central que asumiera el poder, a modo de nueva Regencia, pero este no fue respetado por el nuevo Presidente de tendencia moderada, desencadenando en septiembre una serie de levantamientos revolucionarios centralistas, en León, Vigo, Granada, Figueras, Gerona y otras ciudades, destacando el asedio de Zaragoza por Concha, que concluiría el 27 de octubre y la revolución barcelonesa, de septiembre a noviembre, conocida como la “Jamancia”. En medio de esta situación tan confusa, sin duda pensando en la inminente declaración de la mayoría de edad de la Reina Isabel y deseando dejar claro que se iniciaba un nuevo reinado de carácter liberal, se dispuso el 13 de octubre de 1843, la adopción para todo el Ejército de banderas rojigualdas, colores ya citados como nacionales e identificados desde 1820 con los liberales, en sustitución de las antiguas blancas y moradas, usadas por su antecesor, así como por el Pretendiente Don Carlos, arrastrando por tanto un legado claramente absolutista. Era en ese momento Presidente del Gobierno Provisional el ya citado Joaquín María López y Ministro de la Guerra el moderado General Serrano, y por extraño que parezca no hemos hallado ni una sola frase referente a este asunto en el Diario de Sesiones de las Cortes en esos días, hasta la presentación el 13 de octubre de su texto definitivo, que aparecería publicado en la Gazeta de Madrid del día 15 y cuyo contenido era el siguiente: “GUERRA. Sobre las banderas, estandartes y escarapelas. Siendo la bandera nacional el verdadero símbolo de la monarquía española, ha llamado la atención del Gobierno la diferencia que existe entre aquella y las particulares de los cuerpos del Ejército. Tan notable diferencia trae su origen del que tuvo cada uno de esos mismos cuerpos; porque formados bajo la denominación e influjo de los diversos reinos, provincias o pueblos en que estaba dividida la España, cada cual adoptó los colores o blasones de aquel que le daba nombre La unidad de la monarquía española y la actual organización del Ejército y demás dependencias del estado exigen imperiosamente desaparezcan todas las diferencias que hasta ahora han subsistido sin otro fundamento que el recuerdo de esa división local, perdida desde bien lejanos tiempos. Por tanto, el Gobierno provisional, en nombre de S. M. la Reina Doña Isabel II, ha venido en decretar lo siguiente: 1º. Las banderas y estandartes de todos los cuerpos é institutos que componen el ejército, la armada y la Milicia nacional serán iguales Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2018, pp. 89-92. ISSN: 0482-5748


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