Originalmente, cuando la reina Isabel II inauguró el edificio en 1850, en dichos podios solamente se instalaron unas fa-rolas, las cuales “a todas luces” resultaban insuficientes. Por tal motivo, en 1851, se encargó un conjunto escultórico a Ponciano Ponzano con una importante carga simbólica: una pareja de leones. Sin embargo, éstos tuvieron una vida cor-ta. Las dificultades económicas por las que atravesaba el país obligaron a que los leones fuesen realizados en yeso pintado imitando al bronce, por lo que a pesar de su fiero as-pecto no pudieron soportar los rigores del clima, acusando rápidamente graves desperfectos. Al no lograrse un acuerdo con Ponciano Ponzano, se encargó una segunda pareja de leones a José Bellever, que los esculpió en mármol. No obs-tante, estos leones fueron rechazados por su reducido tama-ño y en la actualidad se encuentran en Valencia, en el Jardín de Monforte, al que se accede desde la Plaza de la Legión Española. Posteriormente se decidió encargar una tercera pareja de leones (los que hoy en día se encuentran en el Congreso), optándose por el vaciado en bronce de los originales de Ponciano Ponzano. Los leones fueron fundidos en 1865 en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla (en cuya fachada figuran los nombres de Daoíz y Velarde), y a la que también se desplazó personal de la de Trubia para colaborar en dicha tarea. Ya en 1866, Jacinto Bergaret se hizo cargo del cincelado de las esculturas, tardando 75 meses en completar dicho trabajo. Finalmente, los leones fueron tras-lados a Madrid en 1872, siendo emplazados en su actual localización el 26 de mayo del mismo año. Tal y como consta para la posteridad a los pies de los felinos, los Leones del Congreso fueron fun-didos con cañones tomados al enemigo en la Guerra de África en 1860, por lo que resulta indudable que tienen “alma artillera”. Además, dichos leones son popularmente conocidos como Daoíz y Velarde por los madrileños, en un claro homenaje a los dos heroicos capitanes de Artillería. ALMERÍA, 2 DE MAYO DE 2018 Más de doscientos años después del Levantamiento protagonizado por el pueblo de Madrid, cuan-do en la Plaza de Armas de la Brigada “Rey Alfonso XIII” II de La Legión resuenan los estampidos de los cañones del Grupo de Artillería de Campaña (GACALEG II), como eco de aquellos otros que el 2 de Mayo de 1808 defendieron hasta el último aliento el Parque de Artillería de Monteleón, y ondea al viento la cinta roja y gualda de la corona de laurel depositada a los pies del Cristo de la Buena Muerte por los dignos sucesores de los capitanes Daoíz y Velarde, se eleva al Cielo como una oración el grito de ¡Honor y Gloria a los Héroes del 2 de Mayo y a todos los que dieron su vida por España! 23 Acto a los caidos del GACALEG II El inspector D. Agustín Llorente Gacho pertenece al Cuerpo Nacional de Policía, está en posesión de un Máster en Historia Militar de las Guerras Contemporáneas y actual-mente está destinado en la comisaría de Almería
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