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JUAN ANTONIO GÓMEZ VIZCAÍNO La primera piedra se puso el 25 de agosto de 1789, y en sus cimientos se colocó una caja de plomo que contenía varias monedas de la época, el retrato de Carlos Iv y el acta en pergamino del acontecimiento. Las obras comenzaron en diciembre, y en los primeros días de julio del año siguiente el capitán interino de la compañía, Baltasar Mexía, se dirige a la junta del departamento haciéndole presente que, «hallándose en estado de concluir la extracción de las ruinas del terreno en que se fabrica el nuevo cuartel, puede tratarse de celebrar la contrata para el desmonte» (42), lo que, llevado a cabo, dejó libre el necesario solar de planta cuadrilonga (43), que según el proyecto redactado debía ser de 195 pies de frente, 168 de fondo, para albergar un edificio que se eleva 85 pies. Su construcción se demoró excesivamente, así que, cuando vargas Ponce va a Cartagena en torno a 1797, aunque dice que todavía se tardará algunos años en ocuparlo, lo describe en la siguiente forma: «… primer piso: salas de estudio, comedor y cocina con todas sus dependencias: las salas son nueve: 3 algibes (con una capacidad de 37.000 pies cúbicos); cuatro brigadas por piso, una en cada ángulo. En el principal, la vivienda del Capitán-comandante y la capilla. En el 2º la del teniente. Y en el Ático las dos últimas brigadas. En medio, el Observatorio (Se eleva 33 pies sobre los 85 de toda la obra), que es un octógono. El alférez no está dignamente alojado y lo está con demasía el capitán». Cada brigada está muy bien distribuida: con tantas alcobas, como son Guardias Marinas; una sala común. Su peluquería, cuarto para los criados arriba y vivienda cómoda del Ayudante: cada brigada se compone de 15 Guardias Marinas…», pero no pudo ser ocupado por los guardias marinas hasta septiembre del año 1810 (44). el coste total del edificio fue muy singular: según los estados de la época, alcanzó la cifra de 6.595.490 reales y 3 maravedíes (45), y de él se cuenta la anécdota siguiente. En diciembre de 1802, con ocasión de la visita que la familia real realizó a Cartagena, «una de las preguntas que se le ocurrieron al rey fue por el cuartel de Guardias marinas, añadiendo “si estaba hecho de plata”. Decíalo por los muchos años que hacía había empezado su construcción y los cuantiosos caudales que se llevaban invertidos» (46). (42)  ANC, LAJD, t. 16, sesión de 5 de julio de 1790. (43)  Ibídem, 12, 15 y 30 de julio, y 23 de agosto de 1790. (44)  AMC, CH 97, carpetas 37 y 38. Una real orden de 25 de julio de 1810 había dispuesto el traslado de la compañía y academia a su nuevo cuartel, pero este no se llevará a efecto hasta septiembre ya que, a finales de abril, el capitán general del departamento ordenó al arquitecto, Simón Ferrer, que entregase las llaves del nuevo edificio, para alojar en él a la plana mayor y oficiales de la 1.ª División del Ejército del Centro. El viejo local de mayoría general fue destinado a alojamiento de personal transeúnte. (45)  El Faro Cartaginés, núm. 5, 2 de septiembre de 1849. (46)  GONZÁLEZ, Manuel: «Cartagena en las visitas de sus reyes», en El Eco de Cartagena, 12 de febrero de 1877. 74 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 144


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