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mucho más sublime y grandioso, es vestirse de espíritu, de alegría y de fuerza moral y física Carta entonces… para siempre. Equipo Armas No nos dejamos llevar por los signos de los tiempos, ni por la corriente de la historia, porque sencillamente no creemos en ellos, sino en el hombre, en su esfuerzo y en su trabajo para mejorarse a sí mismo y al mundo que le rodea. Desde Villacampa con amor. CC Santiago Giner Hace un tiempo se publicaba en el Heraldo de Aragón una reseña de lo que los cadetes hacían antaño en la guardería Villacampa. El número 99 de la Revista Armas y Cuerpos recoge: “El que los Reyes Magos lleguen a una casa el 25 de enero es algo capaz de asombrar a cualquier niño; es más si los legendarios monarcas les hacían entrega de los regalos personalmente y además iban uniformados. Es probable que el pequeño o la pequeña quedaran totalmente perplejos y encontrasen todo aquéllo extraño y antinatural. Y así ha sucedido en Villacampa, pero con la diferencia de que los niños no han encontrado nada fuera de lo normal, porque los cadetes, sus Reyes Magos particulares, llevan ya quince años acudiendo puntualmente a la cita. Sería muy fácil hacer la sufi ciente demagogia barata como para resaltar la labor social que los cadetes realizamos en la Guardería, pero no sería noble ni estaría de acuerdo con la natural modestia de nuestro estilo. Dejemos, pues, que sea Gustavo Adolfo, el prestigioso periodista zaragozano, el que nos relate, a caballo de la poesía, sus impresiones sobre el acto”: Guardería y Reyes Magos ¡Qué gozosa algarabía! ¡Qué belleza la armonía de la estampa…! Ayer tarde ¡qué alegría en la vieja guardería infantil, de Villacampa! Blanca risa de inocencia, empapaba con su esencia el local; y sumaban su contento codo a codo, Ayuntamiento y Academia General. En los ojos infantiles, eran sueños ya febriles los halagos de muñecas, construcciones, escopetas, aviones… ¡y el amor de Reyes Magos! Ese amor que les llegaba en la mano que entregaba los juguetes; Esa mano que, en refl ejo de los Magos, el Concejo la fundía a los cadetes. Los chiquillos escribieron, y a sus cartas les pusieron dos destinos: al Concejo, el paternal, y Academia General donde viven sus padrinos. La respuesta de Gaspar, de Melchor y Baltasar, fue preciosa; y ayer tarde los pequeños vieron hechos tantos sueños ¡la verdad maravillosa! Guardería y Reyes Magos ¡Qué gozosa algarabía! ¡Qué belleza la armonía de la estampa…! Ayer tarde ¡qué alegría en la vieja guardería infantil, de Villacampa! Abril - 2019 Armas y Cuerpos Nº 140 27


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