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dossier debe conocer perfectamente sus atribuciones y capacidades para desempeñar su tarea, consciente de que jamás recibirá órdenes que vayan contra la seguridad ni legislación vigente. En una institución disciplinada y jerarquizada como es el Ejército del Aire, el campo de los factores humanos y sus repercusiones, solo puede ser tratado de manera efectiva, si se toman medidas a todos los niveles. Es decir, cada uno de los responsables de ejercer el mando, a todos los niveles, debe estar concienciado de su necesidad, para comenzar aplicando su política en este sentido. Con ello, las decisiones más genéricas y conceptuales parten del Estado Mayor con sus directrices. A continuación, el Mando de Personal tiene un papel decisivo, ya que muchos de los problemas personales que se generan en el tripulante destinado en una unidad de fuerzas aéreas, nacen de una situación social y económica, de la cual se derivan los problemas familiares, cambios de destino, adaptación de los hijos, etc. El tripulante u operador, cuando es nombrado para llevar a cabo una misión, es capaz de realizarla con un porcentaje de éxito muy elevado, si en su planeamiento y ejecución posterior no se ve negativamente afectado, dado que las gestiona adecuadamente, ni por factores externos como son el estrés, la fatiga, falta de atención, etc, que en un buen número de casos, son fruto de una intranquilidad manifiesta producida por inestabilidad familiar, inseguridad en el destino, falta de vivienda y otros problemas de esta índole o muy similar. Una vez que el tripulante se ve reforzado en su situación a nivel personal y como integrante de un núcleo familiar, el mando del que depende ya solo tiene que dirigir sus esfuerzos en pro del cumplimiento de la misión. CONCLUSIONES El hombre ha demostrado ser el eslabón más débil de la cadena en cuanto a la prevención de accidentes se refiere. Todas las estadísticas demuestran que en más del 80% de los accidentes, la causa original ha sido un fallo humano. En nuestra labor diaria en las unidades, es estrictamente necesario identificar, evaluar riesgos y mitigarlos. Incidiremos especialmente en la mejora de sistemas, procedimientos y buenas prácticas que evitarán el próximo accidente. Los sistemas de armas que actualmente opera el Ejército del Aire gozan de un alto grado de fiabilidad y seguridad, por lo que es de esperar que las cifras estadísticas permanezcan en el sentido en el que ahora se encuentran, con muy ligeras variaciones. Todo tiene su momento. El orden adecuado de eventos permite la operación segura 360 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Mayo 2019


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