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TEMAS PROFESIONALES dos medios específicos, sino sobre todo porque la única unidad disponible es una compañía, situación que se agrava aún más debido al escaso grado de cobertura de plantilla y que en la práctica limita esta capacidad a un apoyo casi testimonial. Tampoco hay que olvidar que en el Grupo de Apoyo de Servicios de Combate (GASC) se encuadra, como ya hemos dicho, la Compañía de Organización y Movimiento en Playa (OMP), una unidad de carácter eminentemente anfibio con una doble responsabilidad: logística (control de las unidades y aprovisionamientos que llegan y salen de playa y gestión de la Zona de Apoyo de Playa, primer órgano logístico que se constituye en una operación anfibia), y de apoyo a la movilidad en playa (control de movimiento de vehículos, gestión de las salidas de playa, recuperación de vehículos y apoyo a las embarcaciones en la salida de varada). En el año 2008, la Compañía de OMP se integró en el GRUMA con una nueva denominación, Compañía de Movimiento en Playa y Apoyo General (MPAG), mediante la fusión de la propia Compañía de OMP con la Sección de Apoyo General de la Compañía de Zapadores, en un primer intento por constituir el germen de un batallón de Zapadores; pero tras cinco años regresó al GASC con su anterior denominación, donde sigue ubicada actualmente. Primeras conclusiones A la vista de todo lo expresado hasta el momento, parece absolutamente necesario contar con un batallón de Zapadores para asegurar la movilidad de la BRIMAR, sobre todo en el campo de batalla actual, donde la amenaza IED está siempre presente. Pero su creación requeriría un incremento de plantilla de aproximadamente 100/150 infantes de Marina, personal que no puede ser detraído de otras unidades. Por otro lado, también parece lógico que se constituya un verdadero Grupo de Movilidad Anfibia, una nueva unidad que aglutine todos los medios y unidades de la BRIMAR empleados para salvar el obstáculo que la mar supone en la consecución de los objetivos establecidos en cualquier operación anfibia. Aunque en menor medida, la creación de esta unidad también precisará de nuevos efectivos, sobre todo para dotarla de su correspondiente Plana Mayor. Pero de todos es sabido el dicho «de donde no hay, no se puede sacar». Por tanto, plantear soluciones basadas en un incremento de las plantillas es del todo ilusorio e irrealizable en tanto no se apruebe un aumento de los efectivos totales de personal de las FF. AA., algo que no parece que vaya a materializarse a corto plazo. Sin embargo, tampoco es menos cierto que «el movimiento se demuestra andando», y sería muy conveniente dar un primer paso que, a «coste cero» de personal, colocase al GRUMA en el trampolín desde el cual alcanzar el objetivo final. 116 Julio


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