3.- “Comentarios a una apertura de curso”, Harry, Sc 6, página 10. En el ambiente de las Relaciones Públicas tanto dentro como fuera de nuestra Organización Cadete, bien podemos decir que la Academia está alcanzando una nueva etapa: La de tomar contacto con la universidad. Hasta hace unos pocos años todos sabemos, que por desgracia, la juventud universitaria y la militar, o más concretamente, en nuestro caso, los estudiantes de las Facultades y los de la Academia General Militar, no tenían ocasiones de conocerse. Es más, el único contacto que se mantenía, consistente en anuales competiciones deportivas, tenía: Carácter de competición. ¿Motivos para este estado de cosas? Muchos y ninguno. Muchas pequeñas cosas y ningún elemento diferencial fundamental. Y sobre todo, un total desconocimiento recíproco, entre estos dos campos de acción de la juventud. El primer acercamiento entre dos personas es presentarse. Bien, sirva de presentación, para este año que comienza, el acto de Apertura Ofi cial de Curso de la Universidad Zaragozana. Se celebró la solemne, que así fue en realidad, ceremonia, en el Paraninfo de la Facultad de Medicina, presidido por el Excmo. y Magnífi co Sr. Rector de la Universidad, el Excmo. Sr. Teniente General de la Región Aérea, y el Excmo. Sr. Capitán General de la 5º Región Militar, asistieron al acto, junto con las primeras autoridades civiles de la ciudad, la totalidad de los Sres. Catedráticos profesores de las Facultades, y otras comisiones. La Academia se vio representada en esta “toma de contacto”, por su General Director, Coronel Jefe de Estudios, dos de sus profesores y siete Caballeros Cadetes, elegidos entre los más antiguos de cada curso. ¿Causaron sensación o extrañeza nuestros uniformes en la casa madre de la universidad? No, desde luego, y podríamos apuntar dos motivos lógicos para ello: Primeramente, que Zaragoza, ya está acostumbrada a vernos con cierta frecuencia, este año, con alguna mayor frecuencia si cabe por sus calles. Además, que para, ni tan siquiera decorativa, podrían causar nuestros sencillos, por lo castrenses, uniformes caqui, entre la gala y policromía de los que allí representaban otras facetas de la vida ofi cial de Zaragoza. Tras unas palabras preliminares, y rituales, D. Fernando Civeira Ortemín, catedrático de Medicina, pronunció la lección inaugural, bajo el título de “La Misión de la Universidad, y su forma 26 Armas y Cuerpos Nº 130 de cumplimiento”. En el transcurso de su brillante exposición, atentamente seguida por el auditorio, recalcó junto a la función instructora, técnica de este Organismo docente, la primordial y muchas veces olvidada misión de ecuación civil, política, física y religiosa de la misma. Así, los cadetes, no tan solo observadores, sino auténticos universitarios encauzados por la otra senda del servicio de las armas, pudimos notar el constante anhelo por lograr, en los claustros universitarios, el mismo ambiente de formación que respiramos en nuestra Academia General Militar. Sirva ese acto, de primer paso de unión entre universitarios y cadetes. El segundo paso, de relación de nuestro cuadro artístico de teatro con el S.E.U. Zaragozano, no resultó desgraciadamente realizable, pero, la intención confraternizadora está ya lograda. Prosigamos todos tratando de conocernos, que es el camino mejor a seguir para lograr la unión tan deseada.
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