Armas y Cuerpos Nº 130 91 cuentas auténticas de la segunda campaña (1500-1503), fi rmadas por el Gran Capitán con libramientos exhaustivos al tesorero de los RRCC. No obstante en septiembre de 1507 fue cesado como Virrey de Nápoles volviendo a España. Presente en la corte de Burgos en 1508, recibió el título de Duque de Sessa, retirándose a Loja, donde ya no fue requerido por el Rey Fernando para más servicios de armas. En pocos años pasó de la gloria al olvido, muriendo en Granada viejo y enfermo el 1 de diciembre de 1515. Está enterrado en el Monasterio de San Jerónimo de Granada. La Guerra de Granada Se puede decir que las experiencias de Gonzalo de Córdoba en la Guerra de Granada, fueron fundamentales para asimilar su concepción particular del combate que luego desarrollo en las campañas italianas. Esta guerra de casi una década de duración (1482-1492) fue una guerra estacional en la que la orografía marco un modelo de “guerra guerreada” de frontera. Entre sus acciones militares destacaban, incursiones para hostigar al enemigo y conseguir botín, asedios de fortalezas con artillería, escaramuzas como el tornafuye, con ataques y retiradas veloces, talas de cosechas y ocasionalmente alguna batalla campal. En ellas la Infantería, la Caballería ligera y una Artillería en evolución, fueron las protagonistas de los combates en detrimento de los hombres de armas. También fueron determinantes las vicisitudes políticas, con enfrentamientos internos dentro del bando musulmán. Se puede decir que esta guerra marcó la transición entre el modelo medieval y los ejércitos modernos. Una vez conquistado el Reino nazarí de Granada los RR.CC fueron conscientes de que el enemigo potencial era Francia, un estado unifi cado y con un poderoso ejército permanente que aspiraba a recuperar su infl uencia sobre Italia. Por ello era necesario reformar el ejército, dotándole de una estructura permanente y mejorándolo en organización, armamentos y reclutamiento. Por ello según Quatrefagues entre 1493 y 1503 se produjo el inicio de una auténtica revolución militar mediante unas ordenanzas que regularon desde la creación de los Guardias de Castilla, caballería pesada y ligera con un núcleo fi jo de infantería, para oponerse a la Gendarmería francesa, hasta la creación de una reserva y la obligatoriedad de un armamento general para la población. Las Campañas del Gran Capitán en Italia sirvieron para ponerlas en práctica, así la ordenanza de 1497 organizaba el Ejercito del Rosellón adoptando la Pica y distribuyendo a los peones en picas, escudados y ballesteros o espingarderos y las ordenanzas de enero y septiembre de 1503, supusieron el paso hacia el ejército moderno a través de la primacía de la infantería con la adopción del modelo suizo y la organización y administración de la guerra en todos sus campos para su proyección exterior. Retrato del Gran Capitán. Colección privada del Duque de Maqueda
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