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En el Salón de Actos de la General. Archivo fotográfi co de la AGM También el Centro ha sufrido cambios en cuanto a las instalaciones, que fueron totalmente renovadas para no solo ampliarlas y mejorarlas sino también para adecuarlas a la normativa vigente sobre seguridad. Pero su ubicación curiosamente sigue siendo la misma en la calle Pedro Villacampa, General héroe de la Guerra de Independencia. A este respecto conviene recordar que el edifi co original los fundadores lo adquirieron en el siglo XIX por la simbólica cantidad de 20 reales de vellón. Sin duda es interesante conocer la evolución de este tipo de Instituciones, que al compás de los cambios de la sociedad van modifi cando y mejorando, sus objetivos, sus actividades y en defi nitiva su organización. Pero profundizar en el caso de la Guardería, hoy Escuela Infantil, nos apartaría del objetivo de este artículo por lo que pueden bastar unas notas sobre el inicio de la colaboración formal que se inició en 1927, pero que solo 25 años después contó con la participación de los cadetes. Muchas de las Instituciones fundadas en el XIX y principios del XX que tenían el objetivo de favorecer el apoyo social eran privadas aunque contaban con apoyo de diversos Organismos Públicos. Estas ayudas muchas veces no cubrían las necesidades de las Instituciones y esto es lo que sucedió con la Guardería Villacampa, motivo por el que en 1927, ante el riesgo de tener que cerrarla, su directora pidió apoyo a la Academia General Militar. Esta colaboración duró hasta 1931, año en el que se cerró la Academia y poco después, con la guerra civil, también cesó en sus actividades la Guardería. A la pregunta de cuando realmente se fundó, Doña Pilar Monge, directora en los años 50, respondió que había sido en 1948, refi riéndose lógicamente a la refundación. Y respecto a las visitas de los cadetes, las situó en 1953, o sea que prácticamente nada más reiniciar su andadura, lo que indica que a pesar del tiempo transcurrido, la Academia estaba en la memoria de todos. Para completar esta breve reseña y entender mejor las características y la importancia de la colaboración de los cadetes, basta con recoger la opinión de la directora sobre los fi nes de la Institución. Dijo: “El fi n primordial es la conjunción de lo social y lo cristiano. Tratar que los niños (los chicos hasta 7 años y las chicas hasta los 8) no se sientan solos y unir así las clases sociales por medio de la mutua convivencia”. Estos objetivos fueron el motor para que a la par que el apoyo institucional de la Academia, un grupo de cadetes iniciara los sábados unas visitas a los niños de la Guardería y colaboraran en actividades de entretenimiento. Junto a estas visitas, también realizaron colectas para aportar fondos que sirvieran para sufragar algunas necesidades. Inicialmente estas colectas, que se hacían “pasando la gorra” en las Compañías, fueron lógicamente de poca entidad pero luego se ampliaron con festivales y tómbolas, con lo que sirvieron de apoyo pero, sobre todo, de ejemplo para otras personas. En este sentido hay que señalar que la Guardería recibía apoyos del Ayuntamiento, del Arzobispado y de diversas empresas de la zona, por lo que las donaciones de los cadetes tenían más valor de testimonio y ejemplo que de aporte económico real, lo que no les resta en absoluto importancia. Todas estas actividades se realizaban con el debido permiso de la dirección y con el apoyo y coordinación del capellán y de algunos profesores, aunque los verdaderos protagonistas 30 Armas y Cuerpos Nº 141 ISSN 2445-0359


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