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Reportaje de las pruebas del España en Meaux (de La Ilustración Española y Americana) 19 Se cargó todo el conjunto sobre unos camiones y se le transportó de nuevo al parque aerostático de Meaux – Beauval para su reparación y modificación en los talleres de Astra, que comenzaron inmediatamente las reparaciones necesarias. Ni el motor ni la hélice ni la envuelta habían sufrido daños. Solo era necesario reparar la barquilla y cambiar el árbol de transmisión (“arbre de couche” en la terminología de la época). Mientras tanto, el coronel Vives y toda la comisión española de recepción regresaron por tren a España. Posteriormente, se transportó el España de Meaux al campo de Pau para aprovechar sus mejores condiciones meteorológicas en invierno, que ya habían empezado a disfrutar algunos pioneros de la aviación, como Blériot, Tissandier y los hermanos Wright, a los que precisamente había visitado SM el rey D. Alfonso XIII en febrero del año anterior. Posteriormente, a primeros de 1910, como para demostrar el perfecto estado del España después de sus reparaciones, el dirigible efectuó una breve ascensión en Pau llevando a bordo a una representación de las señoras miembros del Stella (El aero-club femenino de Francia), invitadas por la casa Astra. Preparación de una posible escala en Vitoria, cuando el dirigible volase de Pau a Guadalajara El día 3 de enero de 1910, el coronel Vives y el capitán Kindelán, que se encontraban en Ceuta, posiblemente buscando algún lugar adecuado para establecer la base del España en Marruecos, emprendieron viaje con destino a Pau para continuar las pruebas del dirigible. El miércoles 12 de enero llegaron a Vitoria en el tren rápido de las ocho, procedente de Madrid. Se hospedaron en el hotel Quintanilla, y durante unos días, acompañados por diversas autoridades militares, estudiaron las posibilidades de realizar en Vitoria una escala del dirigible España, que preveían trasladar en vuelo de Pau a Guadalajara una vez finalizadas las pruebas de recepción. Para asegurarse de que era posible la escala, visitaron los campos de Lacua y Araca, para verificar la posibilidad de posar el dirigible en ellos para repostar o para efectuar reparaciones. Después de su visita, Vives y Kindelán prosiguieron su viaje, pero no en tren, sino en el automóvil de Ricardo Augusti, a fin de recorrer en él la carretera desde Vitoria a San Sebastián, el tramo más difícil de la ruta. Al parecer se preveía que el dirigible se dirigiese de Pau a Vitoria, antes de seguir viaje a Miranda de Ebro y luego a Guadalajara. Se suponía que llegaría hasta Vitoria siguiendo la carretera, de Vitoria a Miranda seguiría la vía del tren, y luego volvería a sobrevolar la carretera hasta Guadalajara. También estaba previsto que dos automóviles siguieran por la carretera la ruta del España, desde Pau hasta Guadalajara. Mientras tanto, la compañía de globos seguía en Melilla y no regresó al Parque de Guadalajara hasta el 24 de enero. Ya en los primeros días de febrero de 1910 en Vitoria, se daba por seguro que el España se trasladaría a Guadalajara en vuelo, sobrevolando la carretera de San Sebastián a Vitoria. Por este motivo el alcalde de Vitoria, Sr. Serdán, envió un telegrama a su colega de San Sebastián, rogándole que le avisase oportunamente cuando el dirigible saliera de San Sebastián, para poder preparar la llegada del España. Como primera medida, estaba previsto que dos funcionarios municipales subiesen a la torre de la catedral de Vitoria y agitasen grandes banderas para avisar a los vitorianos de la próxima llegada del dirigible. Como se esperaba que el dirigible tendría que efectuar una escala en Vitoria para reabastecerse, hubo que prever dónde se almacenaría la gasolina para el motor, el hidrógeno que podía ser necesario si la envuelta del dirigible sufría una pérdida y la grasa especial para las partes mecánicas. Estaba previsto realizar una serie de señales desde el suelo al dirigible consistentes en una serie de toques de corneta, trompa o cuerno que llamarían la atención para señalar una gran “T” blanca pintada en el suelo y se prendería una hoguera de paja con mucho humo que informara a los tripulantes de la dirección del viento. Como señales desde el dirigible a tierra, una bandera roja en la parte posterior del suelo de la barquilla indicaría que el dirigible iba sin gobierno. Un solo toque de sirena muy largo indicaría que el dirigible solicitaba auxilio, que se le podría prestar agarrando la guide-rope y amarrándola a algún árbol u objeto adecuado. En cambio, varios toques muy largos significarían que el España pasaba de largo; y si fueran tres señales largas y tres cortas, alternadas y repetidas, que el España retrocedía a la escala anterior. Compás de espera mientras era reparado el dirigible. Las informaciones de la prensa Durante este periodo, la prensa española trató de publicar algo que mantuviera la atención de sus lectores alimentada con noticias del España. Como carecían de información de los vuelos de prueba en Francia, que aún no habían vuelto a comenzar, cada periódico o revista trató de llenar el hueco como pudo. Por ejemplo, el semanario La Ilustración Española y Americana publicó un reportaje fotográfico a toda una página sobre el dirigible España en las instalaciones de la empresa Astra en Meaux y sobre las pruebas realizadas durante los meses de octubre y noviembre. Por su parte, la revista Blanco y Negro publicó el 22 de enero un extenso artículo de Kindelán sobre los dirigibles, titulado “Navegación aérea”, en el que hacía varias referencias al dirigible Colonel Renard, fabricado también por la firma Astra y bastante similar al España, del cual acompañaba solo una fotografía, pero sin detallar sus características.


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