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HISTORIA SOLDADOS CON DISTINTIVO ROJO SEGUNDO TENIENTE LUIS SANS HUELIN Texto: Tcol. Norberto Ruiz Lima (DECET) Ilustraciones: Esteban LOS ANIVERSARIOS provocan rastreos en la Historia que permanecían 54 dormidos con el sabor añejo de todo aquello que late olvidado. Nadie imagina la cantidad de nombres relegados al abandono que merecen su puesto en la memoria; pero también nadie ignora que solo la literatura en su forma poética o novelesca (o el cine) es capaz de fijar esa memoria colectiva; cierto o no, su relato. El periódico Tierra, con motivo del 120º aniversario de la gesta de Baler, quiso rastrear algún nombre en la guerra de Filipinas que no hubiera formado parte de aquel famoso asedio sufrido por Los Últimos de Filipinas; que en absoluto fueron los últimos, pues hasta muy entrado el siglo XX todavía seguían regresando a España aquellos que pudieran considerarse, de verdad, los últimos en Filipinas; pero que no hubo película, ni poema, ni novela que contara su historia. Sin olvidar que la Historia busca la verdad y el Arte la eternidad; y jamás coinciden. De entre todos los nombres que merecen ser rescatados de esa latente y dormida vida en revistas y libros especializados, que son cientos, nuestro periódico ha querido —buceando en la obra del escritor y profesor de la Academia de Infantería José Luis Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando, editada por el Ministerio de Defensa en 2001— rescatar la increíble historia del primer caído de la Academia General en su primera época; su nombre, Luis Sans Huelin. Recién salido de la Academia toledana, muy joven, era segundo teniente en el Batallón de Cazadores Expedicionarios nº 6. El 1 de enero de 1897 —un año antes había llegado a Filipinas—, se encontraba al mando de su sección, nada más y nada menos que en Cacarong de Silé, donde tuvo lugar uno de los mayores combates que libró el Ejército español contra los insurgentes tagalos.


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