El primer capítulo trata de definir el poder dentro de la sociedad red. Para ello el autor comienza con una definición de lo que considera poder: Capacidad relacional que permite a un actor social influir de forma asimétrica en las decisiones de otros actores sociales de forma que favorezcan la voluntad, los intereses y los valores del actor que tiene el poder (pág. 34). A través de este concepto relaciona el poder y el Estado. Habla sobre la eficacia del poder para dominar la mente por encima del poder coercitivo o de la imposición física. Explica cómo evoluciona el Estado a través de las redes, cómo se forman redes de Estados y cómo estas influyen en la sociedad red. Nos cuenta cómo se forma el poder en las redes a través de la capacidad de programación de estas, de la capacidad de generar, debatir y difundir información por ellas y de la formación del contrapoder, es decir, de la fuerza que surge en contra de la dominación. Y concluye con una afirmación que puede parecer muy básica, pero muy importante dentro de su trabajo y que desarrolla en adelante llegando a todos los sentidos de esta afirmación: “El poder en la sociedad red es el poder de la comunicación” (pág. 85). Y ello es así porque, según el autor, las relaciones de poder se constituyen en el ámbito de la comunicación y, por tanto, sin comunicación no hay poder. El segundo capítulo analiza la transformación de la comunicación global en términos organizativos, empresariales, tecnológicos y culturales. Comienza diferenciando la comunicación interpersonal de la social para llegar a lo que denomina autocomunicación de masas, el fruto de la tecnología de internet y que tiene una dimensión global que Castells define como: Es comunicación de masas porque potencialmente puede llegar a una audiencia global, como cuando se cuelga un video en YouTube, un blog con enlaces …. Al mismo tiempo, es autocomunicación porque uno mismo genera el mensaje, define los posibles receptores y selecciona los mensajes concretos o los contenidos de la web y de las redes de comunicación electrónica que quiere recuperar (pág.88). Por ello realiza un análisis de cómo la evolución tecnológica ha conseguido que aparezca la comunicación a través de las redes, pero sin dejar de lado el papel de los medios tradicionales como televisión, radio y prensa escrita, que continúan siéndolo de masas. De hecho, el autor analiza la Collage of Digital (Social) Networks, Tanja Cappell. Fuente: Flickr / Creative Commons. convergencia tecnológica que han sufrido estos medios hasta llegar al sistema actual, cómo han pasado de vías unidireccionales y centralizadas hasta diversificarse y descentralizarse gracias, entre otros factores, a las conexiones inalámbricas e internet. También explica cómo este auge de dispositivos inalámbricos y el aumento de usuarios de internet afectan exponencialmente al crecimiento de la autocomunicación de masas. Lo que lleva a conclusiones como que la autocomunicación rompe al poder, porque cada uno escoge en las redes sociales qué leer y qué no. Tal y como afirma Juan Pablo Trampuz “La comunicación deja de ser unidireccional y pasa a ser horizontal” o como afirmaba Mayte Pascual en su entrevista al autor en RTVE, “es posible que nos estemos acercando a la posibilidad de que la información no tenga dueños”. El tercer capítulo “Redes de mente y poder” es, tal y como afirmó Castells en la presentación del libro, un estudio de las emociones y los sentimientos como factores clave de la organización del comportamiento y de la práctica sociales. En el subcapítulo “Conquistando las mentes, conquistando Irak, …”, muestra un ejemplo de cómo las emociones afectan a la percepción de la realidad, a través de la invasión de Irak promovida por el gobierno de George W. Bush en 2003 y a través de la cual, según el autor, se mostró cómo la emoción del miedo hizo que la mente eliminara el espíritu crítico y concentrara la mente en aquellos procesos que proporcionaban seguridad. A ello se añadía la manipulación sobre los medios, mostrando solo la parte positiva de la guerra para el país y llegando incluso a la desinformación; es lo que justifica que, aún después de saberse que no se encontraron armas 12 Armas y Cuerpos Nº 142 ISSN 2445-0359
ArmasCuerpos_142
To see the actual publication please follow the link above