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Colegio preparatorio militar (1890) existieron estudios para procurar que llegase a funcionar en el curso 1906-1907. Entre ellos, precisar su ubicación dentro del territorio nacional y Zaragoza sería una de las ciudades candidatas, aunque el artículo primero del Real Decreto citado, fi jaba que el Colegio General residiría en Toledo. Esta contradicción entre la búsqueda de localidad para el Colegio General y el que ya estuviera determinada en 1904, se debió seguramente a la reducida capacidad de Toledo para alojar a la Academia de Infantería y, al mismo tiempo, el nuevo Colegio General. Por ello se nombró una comisión al frente de la cual estuvo el General José Marina, quien primero visitó la ciudad de Toledo, sede entonces de la Academia de Infantería y donde –como es conocido- había desarrollado su actividad la primera AGM. Un documento inédito Bastantes de los datos de este artículo están extraídos del Informe –inédito- que el General Marina elaboró, con el título “Las condiciones de Ciudad Real, Vitoria y Zaragoza para establecer en estas poblaciones el Colegio General Militar”2. El documento citado comenzaba haciendo alusión a que, según las instrucciones generales recibidas del nuevo Ministro de la Guerra, General Weyler, se le había ordenado visitar primero Toledo y luego “aquellas poblaciones que reuniendo condiciones apropiadas, hubieran hecho ofrecimientos de edifi cios o de otro género con el expresado fi n”. El Informe continuaba, descartando las ciudades de Cáceres y Trujillo por “su apartamiento del centro de la Península y la difi cultad de comunicaciones”. Además, Cáceres había sido visitada por el Coronel San Pedro, Director de la Academia de Infantería, con objeto de estudiar el traslado a ella de la Academia de Infantería, pero su opinión fue desfavorable y lo mismo ocurrió con Trujillo, ciudad que “además de su situación tan alejada del centro de la Península, carecía de vía férrea que la enlazase con la directa de Extremadura”. El General Marina escribía que consideraciones análogas a las que habían aconsejado descartar Cáceres, habían hecho también excluir la ciudad de Albacete. A otras capitales, como Cuenca y Soria, el General decidió no trasladarse “por los escasos en construcciones urbanas con que contaban, lo que imposibilitaría el alojamiento conveniente del aumento de población que llevaba consigo el nuevo centro de enseñanza”. Sin embargo, estas últimas ciudades si fueron evaluadas por el Coronel San Pedro, quien confi rmó que Cuenca y Soria “contaban con ocho a nueve mil habitantes y sus construcciones urbanas excedían en muy poco a las necesidades de su vecindario”. Finalmente Marina expresaba al Ministro que sus visitas iban a quedar reducidas a las ciudades de Ciudad Real, Vitoria y Zaragoza, en las que iba a analizar las condiciones y proposiciones de sus Corporaciones. Por supuesto, en el Informe hay amplias referencias a Toledo, donde concurría el problema añadido, si se instalaba el Colegio General, de que la Academia de Infantería, a juicio del General Marina, debía salir de la ciudad del Tajo. Ahora bien, no voy a tratar el caso de Toledo porque lo que nos interesa es conocer lo que la comisión presidida por el citado general, dictaminó respecto a Zaragoza. Visita de la comisión a Zaragoza En el documento citado se explica que el Ayuntamiento de la capital aragonesa estaba ocupado con la peregrinación a la Virgen del Pilar en los días de la visita, por lo cual el General Marina admitía que no le habían podido dedicar el tiempo 38 Armas y Cuerpos Nº extraordinario 2019 ISSN 2445-0359


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