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octubre del año 133 a. C., con el objetivo de asediar Numancia hasta su rendición incondicional. En esta ocasión, y no como en campañas llevadas a cabo por otros generales, pretendía prolongar la campaña hasta su finalización, pasando el invierno en las inmediaciones de Numancia. Comenzó instalando dos campamentos de asedio en las alturas dominantes al norte (Castillejo) y sur (Peña Redonda) de Numancia, siendo el primero de ellos mandado por él mismo y el segundo por su hermano Máximo. A continuación, construyó siete fuertes de asedio alrededor de Numancia (Travesadas, Valdeborrón, Dehesilla, Peña del Judío, Alto Real, La Vega y Molino) aprovechando alturas dominantes y obstáculos naturales (ríos Duero, Merdancho, Tera, lagunas…) alrededor de Numancia. Finalmente, unió todos los campamentos y fuertes de asedio con una empalizada (vallum) al frente de la cual construyó un foso. En la construcción del vallum se aprovechó la orografía del terreno para reforzar los obstáculos naturales e integrarlos en el sistema defensivo. De esta forma quedó finalizada la fase inicial del cerco (circunvallatio), que tenía un perímetro de unos 9 kilómetros. Se puede hacer una estimación de que este cerco inicial, realizado con medios de circunstancias, pudo quedar finalizado en horas, pues, como se ha comentado anteriormente, los trabajos estaban estandarizados y cada legionario tenía asignado un cometido específico. Con 9000 legionarios, a cada legionario le correspondería hacer un metro de frente del vallum con su foso, lo cual se puede llevar a cabo en horas teniendo el resto de los legionarios cometidos diversos como seguridad, reserva, cometidos logísticos, montaje de tiendas… El cerco se perfeccionó construyendo a retaguardia del vallum un muro de 2,4 m de ancho y 3 m de alto, con foso con estacas. Cada 30 m construyó torres con doble altura, y era el propósito del piso más elevado emplearlo para el mando y control mediante el uso de señales luminosas durante la noche (fuegos) y banderas con distintos colores durante el día para dar distintas órdenes de unos campamentos o fuertes a otros, pues cada campamento tenía línea de visión directa con los dos más próximos a cada lado del mismo. El piso de debajo de la torre (que estaba por encima del nivel del vallum) tenía como objetivo el emplazamiento de armas de guerra colectivas (balistas, catapultas). Todo el perímetro del vallum se dotó con piedras, dardos, jabalinas, arqueros y honderos que pudieran ser empleados para repeler un posible intento de rotura del cerco por parte de los numantinos. Se estima que Escipión empleó unos 30  000 legionarios para la defensa del circunvallatio, 20 000 para otros cometidos (logísticos, RLS…) y 10 000 de reserva (on call). Además de puestos ocupados permanentemente (campamentos, fuertes, torres, empalizada), la circunvallatio estaba reforzada por patrullas móviles y un sistema de mensajeros que tanto de día como de noche debían informar a Escipión de cualquier incidente. La vulnerabilidad del cerco radicaba en el río Duero, el cual podía ser 88  /  Revista Ejército n.º 946 • enero/febrero 2020 Fortaleza sobre el Duero empleado para, nadando o con una pequeña embarcación aguas abajo, escaparse del asedio. Escipión mitigó esta posibilidad construyendo un fortín ribereño sobre el río Duero en las inmediaciones de la confluencia de este con el río Merdancho. Estaba formado por dos torreones, uno a cada lado del río, unidos por cuerdas de las cuales colgaban tablones de madera que tenían clavadas espadas y dardos, y estos flotaban en el centro del río impidiendo que nadie pudiera usar esta vía de escape. No puede entenderse este asedio prolongado a través del invierno numantino sin una base desde la que se aprovisionara logísticamente a los campamentos y fuertes de asedio (combat outposts, COP, en terminología actual) explicados anteriormente y donde tuvieran un descanso o rotación los legionarios del frente. Este campamento puede considerarse el campamento de retaguardia de Renieblas (La Gran Atalaya), a 8 kilómetros al este de Numancia. De este modo, una vez finalizada la circunvallatio, pasaron 11 meses en los que los numantinos trataron por todos los medios derrotar a los romanos: — Inicialmente, incitaron a los romanos a entablar batalla campal con el objeto de romper el cerco, a lo que estos rehusaron, pues querían derrotar a los numantinos por hambre. De este modo, puede considerarse que Escipión empleó el principio tan de moda hoy de «bajas cero», pues rehusó a todo tipo de combate. — Posteriormente trataron de conseguir alianzas con tribus próximas. Para ello, alguno de sus hombres


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