Page 123

Memorial_caballeria_88

Varios 121 EL GUADARNÉS puso en contacto con el italiano Pietro Tacca su autor, que aceptó el encargo y en primera instancia, pidió consejo al pintor Diego Velázquez. Este le recomendó que se basara en el cuadro que él había pintado sobre Felipe IV en 1634 expuesto en el Museo del Prado, en el que el caballo barroco que montaba el monarca se apoyaba solo sobre los pies Memorial de Caballería, n.º 88 - Diciembre 2019 haciendo una «corvette», pero dicha posición, le parecía complicada para una estatua. Tacca acudió a Galileo Galilei para que le ayudara en los cálculos. Necesitaréis — contestó el célebre ingeniero, matemático y físico — más de ocho toneladas de bronce para vuestra obra, ya que toda la parte trasera ha de ser maciza. La inclinación, ángulos y cálculos para el vaciado os los haré llegar a la mayor brevedad posible. Lo que con buen criterio buscaba Galileo, para que el equilibrio fuera estable, era que la proyección del centro de gravedad del conjunto, cayera dentro de la base de sustentación, en este caso representada por el fino trazado que une los cascos de los pies del caballo. Ópera en el invierno de 1800, Pésaro. Italia Gioacchino Antonio Rossini, el «Cisne de Pésaro» como le llamaban sus amigos, fue el creador de la ópera bufa italiana. Otras referencias, que no corresponden al hilo de la presente historia, suelen llevarnos a los muy internacionales canelones que llevan su nombre. El autor de «El barbero de Sevilla » trabajó unos años como aprendiz de herrador a orillas del Adriático, en su Pésaro natal, la capital del Urbino. Como todo buen aprendiz, su primer menester diario consistía en aprovechar los rescoldos de la fragua para preparar el almuerzo de su maestro, y adquirió tal maestría que, ya consagrado como músico genial, no perdía la oportunidad de lucirse ante sus amigos preparando, en su punto, grandes chuletones de buey. Los asados fueron la gran pasión de Rossini. Al cumplir los 37 años, se sintió tan cansado de la música que dejó de componer dedicándose por completo a la gastronomía. «La mejor mula sin manta». San Eligio, San Eloy, Saint Éloi. S. VI (588). Aquitania. Francia. Hablando de fraguas y herradores tengo por fuerza que acordarme de su patrón. Nos cuenta una leyenda que, en el siglo XI, a un sacerdote pagano convertido al cristianismo con el nombre en Europa de San Eligio y en España de San Eloy, se le asignaron poderes sobrenaturales en la corrección y tratado de los pies de los caballos, siendo actualmente el santo patrón de los herradores de todo el mundo. (La leyenda nació mucho después de la muerte del santo, ya que la práctica del herraje no se generalizó en Occidente hasta el siglo XI y como vimos san Eloy vivió en el VI). En ella se nos cuenta que Eloy, orgulloso de su habilidad escribió sobre el rótulo de su fragua: «Maestro de Maestros ». Dios Padre envió a su Hijo para castigar su arrogancia. Jesús tomo la apariencia de un herrador y al presentarse ante Eloy le encargó herrar un caballo muy valioso. Felipe IV Plaza de Oriente Madrid. Foto: es.wikipedia.org Cristalera de la iglesia de Treffuntec en Bretaña. Francia «Leyenda de San Eloy». Foto propiedad de José Cerdido Peñalver


Memorial_caballeria_88
To see the actual publication please follow the link above