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Orgánica y Materiales Repasemos un poco su historia, y veamos cómo se gestó y desarrolló esta tecnología. Fue inventada en 1954, en un laboratorio de la Fuerza Aérea norteamericana para uso en aviación. A pesar de este primer avance en su investigación, serian el Reino Unido y Francia los que la pondrían definitivamente en servicio. El concepto es simple, en lugar de que el proyectil sobresalga fuera de la vaina, como en las municiones tradicionales, el CTA coloca el proyectil dentro de la misma. En dicha configuración, se considera que el proyectil está «encapsulado » en el interior de la vaina. Al realizar un disparo CTA, una pequeña carga de refuerzo empuja el proyectil fuera de la vaina. Una vez que el proyectil está en el cañón, la carga de proyección deflagra, generando la presión necesaria para impulsarle a través del ánima del mismo. La sincronización entre la actuación de la carga de refuerzo y la deflagración del propelente principal es fundamental para que el CTA funcione. Esta tecnología reduce el tamaño de la munición y le permite tomar la forma de un simple cilindro, a diferencia de otros tipos de munición que son más complejos. Esto disminuye su peso, las municiones son más compactas y los mecanismos de alimentación más pequeños y sencillos. El primer proyecto serio que trató de incorporar el CTA se desarrolló en la década de los noventa del siglo pasado. El cañón Bushmaster de 25 mm del Bradley M2 comenzó a considerarse inadecuado ante las futuras amenazas de los AFV rusos. De esta forma, el Centro de Investigación y Desarrollo de Armamentos (ARDEC) con Alliant Techsystem como contratista principal comenzó el desarrollo de un cañón de 45 mm con tecnología CTA, en el que también tomó parte Ares Incorcorporated, con su cañón ARES 45 mm XM295, si bien el proyecto no llegó a materializarse. El Reino Unido tomó buena nota de la investigación norteamericana ante la idea de sustituir su cañón RARDEN de 30 mm, que armaba a sus FV510 Warrior. De esta forma, la británica Royal Ordenance y la francesa GIAT (que a través de un complejo proceso de fusiones y absorciones son actualmente BAE Systems y Nexter Systems) comenzaron una relación comercial de colaboración, que en 1992 les llevó a desarrollar su propio sistema de armas con proyectil encapsulado en la vaina de 45 mm, con idea de armar tanto la actualización del Warrior como el nuevo proyecto francés VAD 8x8. Recortes en los gastos en Defensa cancelaron la modernización de los IFV (Infantry Fighting Vehicles) del Reino Unido y Francia. Sin embargo, la relación entre ambos fabricantes se estrechó a pesar del revés sufrido y así en 1994 crearon Cased Telescoped Ammunition Internacional (CTAI), una empresa conjunta para seguir desarrollando y comercializando esta nueva tecnología. A principios de los noventa, los británicos habían emitido el documento TRACER (Necesidad de Capacidad de Combate Acorazado y Reconocimiento Táctico), con idea de modernizar su parque de blindados. En ese mismo periodo, los norteamericanos pretendían reemplazar su Bradley M3 en los escuadrones de caballería y el M1114 HMMWV (High Mobility Multipurpose Wheeled Vehicle) «Humvee» en los pelotones de exploradores, creando el programa FSCS (Sistema de Caballería y Exploradores Futuros). Un memorando de entendimiento fusionó ambos programas en un solo proyecto, que pretendía que los requisitos de las dos naciones se cumplieran en un solo vehículo, el ASRV (Vehículo Acorazado de Exploración y Reconocimiento), Francia y Alemania, también solicitaron participar como observadores. El Documento de Requisitos Operativos se firmó en 1997, incluyendo la decisión de cambiar el calibre del cañón al de 40 mm. 36 Memorial de Caballería, n.º 88 - Diciembre 2019 Comparativa de municiones


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