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MEMORIAL ARTILLERíA, nº 176/1 - Junio 2020
de
de armas, pero no tanto por la sociedad. Ac-ción
singular pero no única. Durante el tiempo
de despliegue de los contingentes ASPFOR en
Afganistán, más de 100 de nuestros soldados
murieron en combate o por acciones terroris-tas.
Muchos más, aunque sin heridas físicas,
quedaron heridos para siempre en el alma. He-ridas
invisibles que son más difíciles de curar,
las más duras.
¿Qué hace que unos consigan llevar la car-ga
de un hecho traumático y recomponerse
y otros padezcan la enfermedad del soldado?
De las heridas del alma, de cómo afectan
a la vida del que las padece, versa este traba-jo.
Se definirá qué es y cómo se manifiesta el
trastorno por estrés postraumático (TEPT),
qué tratamientos tiene y cuál es su prevalen-cia
en militares, aunque en España, hoy en
día no hay apenas datos oficiales del perso-nal
que vuelve de misión y es diagnosticado
de TEPT.
DEFINICIÓN DE TEPT EN DSM V
Características
La característica esencial del trastorno por
estrés postraumático es la aparición de sínto-mas
característicos que siguen a la exposición a
un acontecimiento estresante y extremadamen-te
traumático, y donde el individuo se ve envuel-to
en hechos que representan un peligro real
para su vida, o es testigo de un acontecimiento
donde se producen muertes, heridos, o existe
una amenaza para la vida de otras personas.
El trastorno puede llegar a ser especial-mente
grave o duradero cuando el suceso
que provoca el estrés es obra de otros seres
humanos. La probabilidad de presentar este
trastorno puede verse aumentada cuanto más
intenso o más cerca se encuentre el agente
estresante.
El acontecimiento traumático puede ser
reexperimentado de varias maneras. Normal-mente,
el individuo tiene recuerdos recurrentes
e intrusos o pesadillas recurrentes en las que
el acontecimiento vuelve a suceder. En algu-nos
casos, por otra parte muy poco frecuentes,
el individuo experimenta estados disociativos2
que pueden durar de pocos segundos a varias
horas, o incluso días, durante los cuales se re-viven
aspectos del suceso y la persona se com-porta
como si en ese momento se encontrara
en él. Cuando el individuo se expone a estímu-los
desencadenantes que recuerdan o simboli-zan
un aspecto del acontecimiento traumático
suele experimentar un malestar psicológico in-tenso
o respuestas de tipo fisiológico.
Los estímulos asociados al acontecimiento
traumático acaban siendo persistentemente
evitados. La persona que los sufre suele hacer
esfuerzos deliberados para evitar caer en pen-samientos,
sentimientos o mantener conversa-ciones
sobre el suceso y para eludir activida-des,
situaciones o personas que puedan hacer
aflorar recuerdos sobre él. En este comporta-miento
de evitación puede incluirse la amnesia
total de un aspecto puntual del acontecimien-to.
La disminución de la reactividad al mundo
exterior, denominada embotamiento psíquico
o anestesia emocional, suele aparecer poco
después de que tenga lugar el acontecimien-to
traumático3. El afectado puede manifestar
una acusada disminución del interés o partici-pación
en actividades que antes le resultaban
gratificantes, una sensación de alejamiento o
enajenación de los demás o una acusada dis-minución
de la capacidad para sentir emocio-nes.
El individuo puede describir una sensa-ción
de futuro desolador.
(2) La disociación es entendida como aquel proceso en el que las expe-riencias
y los sucesos psicológicos normalmente relacionados están
desprendidos entre sí y dan lugar a una distorsión de la experiencia
aprendida con alteraciones sutiles y profundas en la interpretación
del significado de los sucesos personales e interpersonales
(3) Asociación Americana de Psiquiatría (2013). DSM V. Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales