NACIONAL
VOLVER A SALTAR...
OTRA VEZ
La rutina también vuelve a imponerse
poco a poco en las unidades, como en
el caso de la Brigada (BRI) “Almogávares”
VI de Paracaidistas, que el 27 de mayo
retomó el adiestramiento —aunque todavía
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participaba en la operación “Balmis”—
con un lanzamiento en apertura
automática, en la zona de Uceda (Guadalajara).
Desde entonces y casi semanalmente
—cuando la meteorología lo ha
permitido—, han realizado este tipo de
instrucción, alternando esta modalidad
de apertura con la manual.
Para que el salto fuera lo más seguro
posible, incorporaron todas las medidas
obligatorias de autoprotección contra
el coronavirus. Había que respetar al
máximo la distancia de seguridad, incluso
dentro del helicóptero Chinook, que
ahora ha reducido los componentes de
la patrulla de salto.
Así, se dejaba un asiento vacío entre
cada militar, por lo que cada rotación
estuvo compuesta por 10 paracaidistas.
«Cumplir con las distancias de seguridad
es complicado, pero se priorizan las tareas
individuales y, en las que estamos
juntos, intentamos hacerlo al máximo,
como en cualquier trabajo», afirmaba
uno de los mecánicos de vuelo, el sargento
Bazán.
Antes de embarcar, la Unidad de Base
daba las últimas pautas y repartía gel hidroalcohólico.
Todos los miembros de la
Brigada llevaban puestos los guantes de
nitrilo y la mascarilla higiénica, incluidos
los 70 saltadores —aunque se la retiraban
antes de lanzarse—, a quienes se les
midió la temperatura corporal. «Como
ha pasado más tiempo desde la última
vez, se tienen más nervios al saltar; pero
La tripulación
del helicóptero Chinook
se ha reducido
para respetar al máximo
la distancia de seguridad
se recupera la calma», reconocía la dama
legionaria paracaidista Avagyan, que ese
día cumplía un año en la Brigada.
Una vez en el suelo, las antiguas sensaciones
volvieron. «Es nuestro primer salto
de instrucción desde hace varios meses
y hemos intentado realizar todas las
actividades normales de un lanzamiento,
además de implementar las nuevas me-