ESPECIAL
que la empatía ha resultado ser una herramienta
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imprescindible. Unas armas
nada convencionales, pero eficaces para
esta crisis sanitaria.
SITUACIONES DIFÍCILES
Entre las circunstancias que rodeaban a
los efectivos, muchos acababan de volver
de misión en el exterior, a finales de 2019.
Para algunos, era la primera vez, como
en el caso del teniente Mompó, destinado
en el Batallón de Cuartel General de
la Brigada “Guadarrama” XII, que regresó
del Líbano. En “Balmis” se enfrentó a una
compleja tarea: lideró tres pelotones que
se encargaron del traslado de fallecidos
—en colaboración con la Unidad Militar de
Emergencias—, a los que trataron como
si fueran uno de los suyos. Asegura que,
desde el primer momento, les explicaron
cómo proceder: «El personal bajo mis órdenes
actuó con mucho cuidado y con el
máximo respeto, porque éramos lo más
parecido a un familiar de las víctimas. Estoy
muy orgulloso de cómo hemos trabajado,
era un cometido de mucha responsabilidad
».
Una vivencia nueva, incluso para quienes
cuentan con una dilatada experiencia en
el exterior, que también afrontaron situaciones
difíciles por la incertidumbre que
la crisis sanitaria producía en los ciudadanos,
que desconocían las normas. «Nuestros
mandos nos informaban de las actualizaciones
en el Boletín Oficial del Estado,
de forma que les podíamos atender cuando
nos preguntaban, porque muchos tenían
un exceso de información», afirma el
cabo 1º Ruiz, del Regimiento de Infantería
“Canarias” nº 50. Con cinco misiones a sus
espaldas, recuerda que había momentos
más complicados cuando patrullaban
porque a algunos mayores o enfermos les
costaba entender que era necesario estar
confinado.
La operación “Balmis”
nada tiene que ver
con las misiones del ET
en zona de operaciones