ESPECIAL
EL CARIÑO
COMO RECOMPENSA
Si existe una característica que predomina
por encima de las demás, es la
del cariño que han recibido por parte
de los ciudadanos. Todos coinciden a
la hora de recordar el momento más
satisfactorio de su labor: los aplausos
y la gente asomada a los balcones para
agradecerles su implicación, algo que
nunca habían experimentado en el exterior.
«Siempre hemos estado fuera,
ahora hemos vivido la misión en casa,
con nuestras familias; eso hace que estemos
aún más motivados», reconoce
el sargento 1º Criado.
Además, esta ha sido también una
oportunidad para acercar su trabajo a
los ciudadanos y que conozcan cómo
lo desarrolla el Ejército de Tierra,
pero sobre todo, para que se sientan
protegidos. El sargento Álvarez manifiesta:
«Los españoles han visto que
estamos aquí para lo que necesiten,
no solo en el exterior, sino también
para ayudarles en casa». Por eso, si
se diera un rebrote de la pandemia,
están preparados para desplegar de
nuevo en 24 horas, siempre al servicio
de España.
Los militares
se han enfrentado
a momentos duros
por la incertidumbre
de la crisis sanitaria
En este aspecto coincide el sargento Álvarez,
del Regimiento de Infantería “Barcelona”
nº 63: «A veces, nos impactaba porque,
al llegar a una residencia, veíamos
a algunos mayores que no sabían lo que
pasaba, y les desconcertaba que llevásemos
el Equipo de Protección Individual.
Las unidades NBQ formaron a otros equipos
específicos para desplegar estas capacidades
en cualquier zona de España
donde se les requiriese para realizar
desinfecciones. En la Brigada “Canarias”
XVI, uno de estos instructores fue el sargento
1º Criado, que ha participado en
misiones en el Líbano o Senegal como especialista
NBQ. Mientras que en aquellas
operaciones su objetivo era adiestrar a las
unidades sobre una amenaza, en España
era necesario pasar a la acción. «Suelo decir
que esto es una guerra que no se ve
y hay que darle importancia. Esta vez el
enemigo es invisible y todos corremos el
riesgo de contagiarnos», sentencia. ¢
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