monotonía o fatiga, sensación de falta de intimidad,
etc. No se debe perder nunca de vista que,
sumado a ello, se encuentra la esfera personal e
individual de cada militar, en la que cobra importancia
la lejanía de las familias y de los seres queridos,
así como las cuestiones que puedan derivar
de acontecimientos familiares inesperados: enfermedad
o fallecimiento de éstos, problemas socioeconómicos,
complicaciones generadas por
la separación, etc. Todos estos factores se articulan
formando un entramado en el que el afrontamiento
psicológico y la gestión emocional de
las situaciones por parte del sujeto sirven como
catalizador para mantener su predisposición y
capacidades operativas.
En tercer lugar, durante el último mes en zona
de operaciones, se produce una fase de preparación
mental para el repliegue en la que es
común la aparición de desgaste laboral. Esta situación
también va a favorecer el aumento de
confl ictos interpersonales que, si bien, se pueden
dar a lo largo de la fase anterior, es en este momento
cuando pueden alcanzar un mayor grado
de hostilidad. Durante este período es frecuente
encontrarse con ciertas ambivalencias perceptuales
que infl uyen en los afectos y en la motivación:
por un lado aparece la sensación de que
el tiempo que queda en zona de operaciones es
muy poco, sin embargo los días se suceden con
lentitud; las ganas de volver a territorio nacional
son intensas, pero puede aparecer una cierta
suspicacia sobre cómo reaccionará el entorno
socio-familiar ante el propio regreso; la sensación
de falta de intimidad se vuelve más asfi xiante y al
mismo tiempo surge una leve nostalgia anticipatoria
derivada de la separación de los compañeros,
además, puede ser un momento en el que
personas con complicaciones de índole familiar
o personal, surgidas durante la misión, se sientan
más vulnerables ante el inminente afrontamiento
de estas situaciones.
Por último, una vez que se efectúa el repliegue
y el personal regresa a territorio nacional, cada
individuo debe pasar por un período de readaptación
cognitiva. No es habitual experimentar
complicaciones durante este intervalo temporal,
pero conviene estar informado de las posibles
sensaciones a experimentar del mismo modo que
lo era para el despliegue. Lo habitual es encontrarse
con una impresión de extrañeza ya que,
por lo general, se pasa de una actividad laboral
intensa al descanso total. Es necesario concederse
un tiempo para volver a los ritmos de vida
que eran habituales con anterioridad y, en esta
misma línea, durante la operación es importante
intentar planifi car viajes, actividades o proyectos
que se van a llevar a cabo durante el permiso
que se concede tras el fi nal de la operación.
Fortalezas psicológicas esenciales
Por lo tanto, con el fi n de realizar una labor preparatoria
exitosa y de potenciar el ajuste psicológico
de cada militar durante todo el despliegue,
es importante dotar al personal de determinadas
habilidades psicológicas que, según lo expuesto,
se hacen necesarias en cada individuo en mayor
o menor medida. En este mismo sentido, es
aconsejable que las herramientas que se recogen
a continuación sean siempre potenciadas y
reforzadas por los diferentes escalones de mando
y puestas en práctica con asiduidad, ya que
será la simulación en situaciones similares la que
genere la automatización de estas fortalezas en
contextos reales. Así pues, a nivel psicológico, se
considera necesario:
- Fomentar la formación de expectativas adecuadas
a la realidad: las expectativas son creencias
que las personas poseen y que guardan re-
Agosto - 2020 Armas y Cuerpos Nº 144 83