250 ANIVERSARIO DEL CUERPO DE INGENIEROS DE LA ARMADA
más juntos producirá efectos perniciosos. La proporción actual hace fuertes y
seguras las cubiertas.
»La novena objeción se refiere a que las cubiertas no tienen curvatura, y es
cierto que ahora no tienen estos navíos toda la que se les dio en la grada y con
el servicio de tantos años van siempre perdiendo, pero esta circunstancia no
tiene relación con la fortificación de los buques, a los cuales se da la curvatura
establecida en la Junta de Corte, aprobada por s. M., aunque dando un poco
más a la segunda cubierta quedan más desahogados los entrepuentes.
»Respecto a la objeción de que todos los navíos que hay en este puerto
están ya quebrantados, decimos que en los no carenados en chata, como son
Príncipe y Victorioso, no se conoce quebranto alguno, ni menos en el San
Genaro. Como ejemplo de esta objeción se aduce el San Genaro, ligado
(según dice) mejor que todos los precedentes, y verdaderamente no atinamos
en qué pueda cimentarse tal aseveración pues lejos de considerar este navío
como el más ligado lo tenemos por muy endeble respecto a los demás de
nuestra construcción. Carece de curvas llave, que creemos absolutamente
necesarias y no las suple el empernado, que no da fortaleza. Este navío salió
de Cádiz tan sumamente sobrecargado que excedía su calado de popa en dos
pies y cinco pulgadas y aun así aguantó el temporal, se mantuvo a barlovento
y tomó aquel puerto cuando su acompañante, el San Fernando, tuvo que
amollar en popa o arribar a Cartagena.
»siguen las objeciones diciendo que el San Genaro entró aquí con todos
los tablones de las cubiertas abiertos, los baos dislocados y averiados sus
víveres por haber tenido algunos golpes de mar, y aun añaden que se atribuirá
acaso, como siempre, a lo verde de las maderas. Puntualmente acierta con la
causa a tales efectos, atribuyéndola al verdadero origen que es el defecto de
haberse colocado las maderas sin curarse suficientemente. En este navío se
aflojaron las costuras hasta cerca de tres cuartas de pulgada en cada traca. si
este defecto procediese de movimiento de la estructura resultaría haberse
apartado los costados, o dilatado la manga, en casi 20 pulgadas, lo cual es
imposible, corroborándose que el defecto no se debe a la falta de fortaleza
sino al encogimiento del tablón. Los baos y las curvas estaban apartados de
los costados (lo cual no se objeta) pero los pernos no han hecho el más leve
movimiento y tienen sus puntas y cabezas en los mismos puntos de su situación
primitiva, lo cual es incompatible con la separación imputada de las
maderas.
»Las objeciones dicen que los navíos ligeros andan bien, tienen batería
floreada y gran vela. sabemos que los que están demasiado cargados de
maderas andan menos. Las dimensiones de las maderas en los bajeles que se
construyen son muy proporcionadas para sus fines. Los constructores deben
conciliar en la fábrica de un navío para que no deje de ser fuerte por falta de
grueso ni sea zorrero por demasiadamente sobrecargado, porque apartándose
mucho de un extremo se cae en el otro.
308 Agosto-septiembre