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los tres ejércitos, la Unidad Militar de
Emergencias (UME) y la Inspección
General de Sanidad (IGESANDEF) en
el marco de la operación Balmis.
Pero pasemos a ver más detalladamente
en qué entorno se llevó a cabo
esa obtención de recursos, cómo se
ha ido adaptando la estrategia de obtención
a lo largo de la operación, fundamentalmente
tras la centralización
de la adquisición de los materiales necesarios,
y cómo se está orientando
hacia la fase de estabilización, incluyendo
la acumulación de una reserva
para hacer frente a una posible nueva
operación. Para finalizar, una serie
de conclusiones intentarán conseguir
el propósito de este artículo: proporcionar
al lector una visión de las acciones
realizadas desde la DIAD para
obtener los recursos materiales de la
operación Balmis.
ENTORNO DE MERCADO
El entorno inicial en el que la DIAD se
tuvo que desenvolver para desarrollar
su labor de obtención fue complejo.
Ante la falta de disponibilidad de los
materiales necesarios, con existencias
agotadas tanto en el ámbito nacional
como en el europeo, tuvo que
recurrir a un mercado internacional,
fundamentalmente asiático (desconocido
hasta ese momento), a través
de unos proveedores y sobre unos
recursos con los que no se estaba
habituado a trabajar. Todo ello bajo
unos parámetros de urgencia, una
demanda superior a la oferta y una
problemática de transporte caracterizado
por la gran distancia de los países
fabricantes.
Las dificultades de obtención de material,
lejos de disminuir, se fueron
agravando progresivamente a medida
que transcurría el tiempo y se extendía
la pandemia de manera global. Ante
la gran demanda mundial, las condiciones
impuestas por los proveedores
aumentaban, fundamentalmente
por el requerimiento del cobro inmediato
del coste de la mercancía en un
entorno donde los costes no solo dependían
del tipo de producto, sino de
la fecha de entrega. Ante la gran escasez
de materiales emergían importantes
competidores de toda índole,
con una gran agresividad al disponer
de dinero en efectivo para proceder a
pagar por adelantado y, así, arrebatar
la mercancía a otros que debían recurrir
a procedimientos de contratación
con pago diferido.
La complejidad del proceso de obtención
aumentó al endurecerse en
los lugares de origen de las mercancías,
fundamentalmente China, la
dificultad de las gestiones aeroportuarias,
el aumento de los controles
aduaneros y la exhaustividad de los
controles de calidad a los materiales
destinados a la protección frente al
coronavirus.
Uno de los problemas principales
encontrados ha sido la falta de fiabilidad
de algunos proveedores e íntimamente
relacionado con ella, la
baja calidad de los productos ofrecidos.
La búsqueda, selección y mantenimiento
de esos proveedores fiables
en ese mercado salvaje ha sido
un objetivo fundamental a la hora de
seleccionar las vías de obtención de
recursos.
Gracias a la experiencia que se iba
acumulando y al cada vez mayor conocimiento
del sector se han podido
aprovechar las oportunidades que
han ido apareciendo a la hora de obtener
el material en ese entorno tan
competitivo. Esa capacidad de búsqueda
y captura de las oportunidades
surgidas ha sido esencial para
que nuestras unidades pudieran estar
dotadas de unos medios con los que
poder combatir a ese enemigo invisible
que se encontraba entre nosotros.
Afortunadamente, durante el tiempo
transcurrido desde el inicio de la pandemia,
un gran número de empresas
españolas han reorientado su ingeniería
y producción para fabricar diferente
tipo de material de protección,
sanitario y desinfección, con el apoyo
e impulso llevado en muchos casos
desde la DIAD. Ello ha permitido
dirigir el esfuerzo de obtención, tal y
como veremos más adelante, hacia la
industria nacional, incluyendo la pequeña
empresa.
Una lección identificada para la obtención
de recursos es la de disponer, lo
antes posible, de un acertado conocimiento
del mercado, la normativa que
le pueda afectar, sus actores y los recursos
específicos objeto del proceso,
sin olvidar aprovechar aquellas oportunidades
que pudieran presentarse,
anticipándose a otros competidores.
ESTRATEGIA INICIAL DE
OBTENCIÓN
En primer lugar, se llevó a cabo una
estimación inicial de materiales que
podían ser necesarios, en función de
unos supuestos de actuación. Una
vez identificados, se enlazó y consultó
tanto con la UME como con la
Unidad de Apoyo Logístico Sanitario
(UALSAN) sobre aspectos relativos
a dichos materiales y las empresas
que pudieran proveerlos, ya que
ambas poseían conocimiento y experiencia
en esos ámbitos. Tras su
asesoramiento, se comenzó a explorar
ese mercado, tan desconocido,
con el objeto de obtener ese material.
Para poder acceder al mismo se recurrió,
en primer lugar, a contactar con
los proveedores habituales que trabajaban
en el ámbito de material de
vestuario, campamento y NBQ, algunos
de los cuales ya habían ofrecido
su predisposición a colaborar desde
un primer momento. De esta manera,
conocidas e identificadas las posibles
vías iniciales de obtención de recursos,
fue posible que, nada más recibir
las primeras necesidades y la orden
de adquirirse, se concretasen, inmediatamente,
las primeras compras de
material.
La estrategia inicial seguida, con el
objeto de asegurar el flujo de recursos
necesarios así como obtenerlos en el
Uno de los
problemas
principales
encontrados
ha sido la falta
de fiabilidad
de algunos
proveedores